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El preso pol铆tico mapuche y werken de la CAM H茅ctor Llaitul Carrillanca concedi贸 una entrevista por escrito, a trav茅s de sus abogadas, al medio franc茅s l´Humanit茅, que sin embargo fue publicada de forma recortada por dicho medio. A petici贸n del comunero mapuche, publicamos a continuaci贸n la entrevista en su formato completo original.

H茅ctor Llaitul: Somos un pueblo ocupado pol铆tica y militarmente. Chile es un pa铆s de naturaleza profundamente racista y colonial. En la actualidad vivimos la opresi贸n en todas las dimensiones. Lo graficamos de la siguiente manera: este 18 de mayo se cumplieron 3 a帽os ininterrumpidos del Estado de Excepci贸n, que en concreto significa tanquetas, blindados, helic贸pteros, drones y numeroso personal militar y polic铆aco para la defensa irrestricta de las faenas y los intereses de los grupos econ贸micos que arrasan el Wallmapu con su pol铆ticas extractivistas.
Las forestales son nuestros principales enemigos, son poseedores de millones de hect谩reas, tienen cinco veces m谩s territorio que todo el Pueblo Naci贸n Mapuche. Su actividades no se detienen, al contrario, hoy arremeten con mayor fuerza contra las comunidades porque poseen la protecci贸n militar, pol铆tica y judicial del Estado chileno. Es claro que la actividad forestal no se va a detener, es el segundo gran negocio en este pa铆s. Por lo tanto no frenar谩, todo lo contrario, sus inversiones aumentar谩n y es lo que da sentido a la militarizaci贸n y a la represi贸n en el Wallmapu (territorio mapuche).
Con la militarizaci贸n y la represi贸n se impone la pol铆tica del garrote muy fuertemente contra la causa mapuche, y la pol铆tica de la zanahoria va quedando en segundo plano y solo va tratando de cooptar a algunos sectores mapuche, someti茅ndolos para desarrollar nuevos procesos de inversi贸n capitalista. Se trata de pol铆ticas econ贸micas que se someten al reacomodo del gran capital, como ya hemos denunciado.

El actual gobierno es la continuidad de todos los gobiernos post dictadura, sobre todo en las formas como se asume el conflicto hist贸rico con nuestro pueblo. Se mantiene una gobernanza de tipo neoliberal que constituye la salvaguarda y defensa de los intereses de los grandes grupos econ贸micos que confrontan contra las comunidades en el Wallmapu. El gobierno de Boric ha mantenido y profundizado las mismas pol铆ticas para hacer frente a las movilizaciones y reivindicaciones de las comunidades y org谩nicas que luchamos contra la reproducci贸n del gran capital en el territorio ancestral.
Es con este gobierno que se han profundizado las pol铆ticas represivas y de persecuci贸n en contra del movimiento mapuche autonomista. Lo que ha tra铆do como consecuencia mayor represi贸n y el aumento en cantidad de presos pol铆ticos mapuche (PPM) -m谩s de cien-, quienes somos sometidos a m谩s altas penas en a帽os de prisi贸n por el solo hecho de luchar por nuestro pueblo.
La militarizaci贸n ha perdurado durante todo el gobierno actual. 3 a帽os del Estado de Excepci贸n es una realidad que no hab铆a ocurrido en ninguno de los gobiernos anteriores. No visualizamos por tanto ninguna posibilidad de soluci贸n que provenga de la actual administraci贸n.

Lo primero que vamos a se帽alar es que el gobierno de Gabriel Boric no es de izquierda. A nuestro juicio este es un gobierno socialdem贸crata. Se trata de sectores pol铆ticos que fueron anteriormente representantes de una izquierda «progresista», pero que a poco andar fueron subsumidos en un tipo de gobernanza neoliberal.
Cuando fui condenado a 23 a帽os por la Ley de Seguridad del Estado, se hace uso de un tipo de ley de excepci贸n que fue promulgada y utilizada durante la dictadura militar, ley que a煤n sigue vigente y que este gobierno la utiliza para la represi贸n a los dirigentes mapuche. La negaci贸n a mi traslado a la prisi贸n de Temuco, tiene que ver tambi茅n con lo anterior, es parte de la represi贸n a lo que yo represento y a los planteamientos que aun estando en prisi贸n expreso. Este gobierno no puede negarlo, yo fui condenado por expresar ideas fuerza y una propuesta pol铆tica para la causa mapuche autonomista. Se trata de la continuidad de una pol铆tica de criminalizaci贸n donde la persecuci贸n a las ideas cobra cada vez mayor fuerza.
Hoy la represi贸n se hace cada vez m谩s direccionada a los l铆deres mapuches que representamos la lucha de las comunidades contra los intereses del Gran Capital. Porque asumimos una lucha para acumular la fuerza necesaria para la recuperaci贸n de las tierras y lograr as铆 la transformaci贸n revolucionaria para la reconstrucci贸n de nuestra Naci贸n originaria. En concreto, una lucha contra las forestales para recuperar nuestras tierras usurpadas. Se trata de resistir y trabajar para poder reconstruir el mundo mapuche necesario, y proyectar as铆 un tipo de sociedad m谩s justa y solidaria sobre la base de nuestra cosmovisi贸n.
«Es la defensa de nuestros cerros, de los r铆os, de nuestros lagos, de nuestro Lafken (mar), de toda la territorialidad ancestral en su conjunto. Es una defensa que se da tambi茅n en el plano te贸rico, en el plano ideol贸gico y cultural, con las vocer铆as, con las proclamas, con la reafirmaci贸n, con educaci贸n y formaci贸n propia.»

Por tercera vez los tribunales chilenos me han negado el traslado a un m贸dulo de comuneros manteni茅ndome en calidad de preso com煤n, bajo restricciones que vulneran mis derechos culturales. Creemos que esto forma parte de una nueva pol铆tica de dispersi贸n que sufrimos hoy los Presos Pol铆ticos Mapuche que con m谩s fuerza asumimos los planteamientos de la lucha revolucionaria mapuche.
En el 煤ltimo tiempo nosotros hemos denunciado en los organismos internacionales de derechos humanos que nuestra lucha es eminentemente cultural, apelando a la jurisprudencia de respeto a los derechos fundamentales, de la defensa de los pueblos originarios y sus culturas, ya que esta demanda es vital por la importancia que tiene para los mapuche la vinculaci贸n con la tierra. Y que cuando el ordenamiento jur铆dico y pol铆tico chileno condena a un mapuche a la c谩rcel debiera respetar esa m铆nima condici贸n y no aplicar pol铆ticas que atenten contra la esencia de un Mapuche, que no debiera ser sometido a un aislamiento de su familia, de su comunidad ya que esto significa un castigo adicional muy fuerte, que puede ser interpretado como una acci贸n racista y cruel hacia un miembro de un pueblo originario.
La reivindicaci贸n siempre ha sido oponerse y denunciar estas pr谩cticas inhumanas, degradantes, cargadas de racismo que se le aplican hoy a los PPM. Esto m谩s all谩 de que existe un convenio (169 de la OIT que protege derechos culturales) que tiene alcance sobre la situaci贸n de los presos mapuche, pero que este gobierno no respeta. A pesar de todo la resistencia en las c谩rceles chilenas se mantendr谩, con denuncias y movilizaci贸n contra esta pol铆tica de dispersi贸n que viene aplicando el actual gobierno de Gabriel Boric.
Pol铆tica de dispersi贸n que aleja lo m谩s posible a los weichafe encarcelados de sus territorios y comunidades y que tiene como objetivo reprimir y doblegar la voluntad y el newen, neg谩ndonos los derechos culturales m谩s b谩sicos que debi茅ramos tener aun siendo prisioneros. En raz贸n de lo anterior es que debemos reafirmar el por qu茅 de nuestra lucha milenaria y del por qu茅 nos asumimos como mapuche con definiciones anticapitalistas y por la liberaci贸n. Y la respuesta est谩 en lo que entendemos y asumimos como el Ser Mapuche.

Cuando a un Mapuche se le pregunta por qu茅 se define como tal, tiene que remitirse inmediatamente a su Tuwun y a su Kupalme. El Tuwun, entendido como el lugar, el territorio al cual pertenece y de d贸nde proviene, de d贸nde viene su gente, es su sentido de pertenencia a un territorio en espec铆fico. Y el Kupalme viene a ser su ascendencia, la consanguinidad, su linaje y los emparentamientos, es el v铆nculo que tiene tambi茅n con un territorio. Esos dos elementos, Tuwun y Kupalme son los basamentos para que una persona se defina Mapuche. A partir de esto se dan especificidades m谩s concretas que nos particularizan como Mapuches con v铆nculo con un territorio en espec铆fico, con una identidad muy clara y definida.
Las identidades mapuches est谩n dadas por ese v铆nculo concreto con la tierra, ejemplo de ellos son los nombres, los apellidos que se nos asignaron y que vienen de ese origen y de ese v铆nculo. As铆 se entiende, por ejemplo, que est茅n conectados (espiritualmente) y emparentados con cerros, animales, r铆os, con piedras, con espacios de importancia y significaci贸n.
Nosotros comprendemos el ser Mapuche como la esencia Mapuche, el ethos que nos permite el desarrollo del ser, de la persona (del che) en todos sus aspectos, integral. Surge aqu铆 el concepto del Rufche, en donde el Rekiduam (el pensamiento) el Kimun (la sabidur铆a), los sentimientos, las pr谩cticas son formas espec铆ficas de desarrollar la dimensi贸n humana en lo cultural, as铆 en t茅rminos de lo f铆sico, el trabajo, el deporte, el arte, la pol铆tica. El kalkul kalul, por ejemplo, puede derivar hasta en un tipo de disciplina de artes marciales, es el desarrollo permanente en t茅rminos corp贸reos. As铆 el newen y toda su fortaleza espiritual, ligada y vinculada a ese espacio territorial y a esas familias, le dan una identidad y un rol muy particular a cada persona.
As铆 fue como en el pasado se conform贸 nuestro pueblo, por el desarrollo de estamentos mayores, porque la cultura y lo espiritual se recrea en lo familiar y es esencialmente comunitario. As铆, las comunidades y los lof se articulan despu茅s en rewes y ayllarewes, que son entidades territoriales m谩s amplias. De los ayllarewes, pasan a formarse los butalmapu que ser铆an las identidades territoriales, tal como se conocen en la actualidad, y finalmente los butalmapu pasan a conformar lo que se conoce como el Wallmapu, el pa铆s mapuche.
A ra铆z de esta articulaci贸n es que tenemos las identidades territoriales como los nagche, los wenteche, los lafkenche, los pehuenches, los puelches, grandes estamentos que conforman la gran Naci贸n Mapuche o el Wallmapu. Cuando hablamos de que esta vinculaci贸n con la tierra es lo m谩s fuerte que existe en los mapuche es porque todo est谩 ligado a ese concepto de la Mapu. As铆 el mapudungun (la lengua mapuche), las tradiciones, la forma de hacer ceremonia, todo est谩 vinculado con el territorio y con esa consanguinidad que est谩 en cada che, toda la cultura del mapuche depende de esta vinculaci贸n. Ha sido as铆 de forma milenaria.
Estos elementos y formas culturales es lo que oblig贸 a nuestra gente de anta帽o a una defensa cohesionada y muy fuerte de parte de nuestro pueblo en contra de los invasores y los conquistadores. Resistencia que se expresa despu茅s contra el sistema capitalista y depredador. Es la defensa de esa identidad, es la resistencia contra todo lo que atenta con nuestras formas de vida. Es la defensa del ser mapuche, es la defensa del itrofil mongen.

La lucha mapuche autonomista se ha sostenido durante tres d茅cadas. En un inicio hubo mucha simpat铆a de parte de la opini贸n p煤blica a la reemergencia de la causa mapuche, una percepci贸n a favor de la lucha por las demandas hist贸ricas. Sin embargo, lentamente esta percepci贸n ha ido decayendo producto de la intervenci贸n del discurso oficial, que ha tenido como caja de resonancia los medios de comunicaci贸n de masas controlados por los mismos grupos econ贸micos que confrontan con nuestro pueblo. Por ello, en el 煤ltimo tiempo ha bajado la adhesi贸n y la percepci贸n positiva respecto de la justeza de nuestra lucha y de c贸mo 茅sta se ha venido desarrollando.
La prensa burguesa ha levantado fuertes campa帽as de demonizaci贸n y desprestigio de la lucha concreta, principalmente hacia quienes nos enfrentamos m谩s consecuentemente contra los intereses del gran capital en Wallmapu. M谩s a煤n cuando esta confrontaci贸n se ha agudizado y ha asumido caracter铆sticas revolucionarias de nuestra parte, teniendo como respuesta la violencia pol铆tica institucional de parte del Estado colonial chileno, que en los hechos ha significado la reinstalaci贸n de una pol铆tica contrainsurgente.
En este contexto, en el que se desarrolla la lucha autonomista mapuche, existe por parte del poder un manejo de la percepci贸n de los hechos con estrategias de manipulaci贸n de las mentalidades, que est谩 dirigido a la opini贸n p煤blica en general. El objetivo de estas campa帽as es hacer creer que nuestra lucha tiene aspectos cada vez m谩s criminales, y no se condice con razones y fundamentos pol铆ticos ni de reivindicaci贸n de nuestros derechos fundamentales. Han pretendido inclusive la demonizaci贸n de la causa mapuche utilizando para el efecto la teor铆a nazi (J. Goebbels) para instalar mentiras como verdad. Esto explica que exista un discurso cada vez m谩s racista y denostador hacia nuestra causa que fundamenta el proceso de criminalizaci贸n pol铆tico-judicial y represivo que sufre nuestro pueblo, y que ha tenido como consecuencia la persecuci贸n pol铆tica, el encarcelamiento y la muerte de quienes sustentamos posturas m谩s fuertes y claras contra el sistema de dominaci贸n.
Se nos presenta medi谩ticamente con el calificativo de terroristas o narcoterroristas, lo cual es absolutamente falso, porque la lucha de reivindicaci贸n pol铆tica y territorial mapuche es hoy una lucha de resistencia y autodefensa activa, donde la protesta es fundamentalmente social y cultural para seguir existiendo como pueblo originario.
«El movimiento mapuche autonomista nunca ha estado de acuerdo con participar en alg煤n proceso constituyente chileno, as铆 como no podemos comprender que exista la posibilidad de un reconocimiento de los pueblos originarios en el marco de un Estado capitalista que mantiene su formato colonial.»
Desde las movilizaciones sociales de 2019 y los debates sobre una nueva Constituci贸n que reconociera un Estado plurinacional, ¿ha observado un cambio en la actitud de la sociedad chilena hacia las reivindicaciones mapuche?
Las movilizaciones sociales o el estallido social en 2019 fueron una manifestaci贸n muy leg铆tima producto de las contradicciones experimentadas por los sectores golpeados y oprimidos en la sociedad chilena, que por cierto no estaban directamente relacionados con las reivindicaciones pol铆ticas y territoriales del Pueblo Naci贸n Mapuche.
Ahora bien, respecto al debate de lo que puede ser una nueva Constituci贸n y el reconocimiento de nuestros derechos en base a una propuesta de Estado plurinacional, desde la CAM hemos sido claros de que no es nuestra aspiraci贸n. Nuestra propuesta es distinta y es establecer una lucha por la Liberaci贸n Nacional Mapuche, que significa llevar adelante un proceso de confrontaci贸n permanente con la estructura de dominaci贸n estatal capitalista chilena, que entendemos es de naturaleza colonial y racista.
Nuestra aspiraci贸n es reconstruir nuestro Pueblo Naci贸n Mapuche a trav茅s de un proceso de lucha donde las comunidades son las protagonistas principales, porque ellas son las que est谩n m谩s involucradas con las reivindicaciones territoriales y pol铆ticas.
Hay por tanto dos propuestas muy distintas. Una que plantea que debemos seguir siendo parte del Estado colonial, que propone solo reconocimiento constitucional y un tipo de autonom铆a relativa y funcional al sistema. La otra postura, la nuestra, es la que propone la lucha por la liberaci贸n nacional a trav茅s de la resistencia y la reconstrucci贸n de la Naci贸n mapuche.

Siguiendo la l铆nea anterior, nosotros no estamos por la v铆a de luchar y circunscribir nuestra lucha en el marco de un proceso constitucional. Insistimos en ello porque esto implicar铆a reconocer que somos parte del Estado chileno y que la normativa constitucional es el 煤nico ordenamiento jur铆dico, pol铆tico e institucional que existe y que nos debe regir como pueblo, consider谩ndonos solo como ind铆genas, o como un sector social m谩s de la sociedad chilena. A nuestro juicio es una forma m谩s de imposici贸n de la concepci贸n indigenista cl谩sica que ha matizado el car谩cter subyugador del estado colonial.
El movimiento mapuche autonomista nunca ha estado de acuerdo con participar en alg煤n proceso constituyente chileno, as铆 como no podemos comprender que exista la posibilidad de un reconocimiento de los pueblos originarios en el marco de un Estado capitalista que mantiene su formato colonial.

Efectivamente, el caso Hurac谩n fue un hecho conocido medi谩ticamente, conocido incluso a nivel internacional. Un burdo montaje y uno de los hechos m谩s escandalosos y grotescos respecto de c贸mo el Estado chileno trata a un pueblo originario a la hora de reprimir su lucha por la tierra. Result贸 ser un caso en que estaba involucrada toda la institucionalidad chilena. El Estado en su conjunto se comprometi贸 en la persecuci贸n y represi贸n a los mapuche. Sin embargo, cuando se descubre el montaje, a la hora de determinar responsabilidades por parte de la «justicia chilena», solo aparecen procesados algunos agentes menores, los encargados de perseguirnos a como d茅 lugar. El Estado chileno pretend铆a dar un golpe a una organizaci贸n, a una expresi贸n pol铆tica e ideol贸gica. El objetivo era contra la propuesta pol铆tica surgida desde la CAM, que basa la lucha concreta en la recuperaci贸n del territorio y la autonom铆a.
Cuando se descubre el montaje y sus implicancias, el sentir de la opini贸n p煤blica chilena es de repudio generalizado a esta acci贸n injusta e inmoral que se dejaba caer sobre nuestro pueblo y que efectuaron las polic铆as chilenas. Sin embargo, tras 8 a帽os del hecho, esa opini贸n p煤blica ha ido cambiando su percepci贸n del caso, ya que los medios de comunicaci贸n y el discurso oficial han matizado los sucesos, bajando el perfil al proceso judicial e invisibiliz谩ndolo. Hemos denunciado que existe una operaci贸n en curso que pretende un tipo de negociaci贸n o componenda para favorecer una salida de impunidad a los represores directos, para as铆 dejar en libertad a los agentes del Estado de mayor rango, quedando solo sancionados el personal de poca graduaci贸n. Lo hemos dicho con claridad: en el caso Hurac谩n no est谩n todos los involucrados en el banquillo de los acusados. Hay altos generales de Carabineros y autoridades pol铆ticas del gobierno de Michelle Bachelet que no fueron procesados. Tambi茅n hay jueces y fiscales comprometidos. Muchos de ellos siguen a cargo de causas contra mapuche y son parte de nuevas operaciones de inteligencia en contra de nuestras expresiones de resistencia.

Hicimos una cr铆tica p煤blica de esta Comisi贸n en su inicio, durante y ahora en su presentaci贸n oficial. Se trata de una iniciativa que retrata muy bien a esta administraci贸n. Ha resultado un total fracaso porque este organismo no ha abordado las verdaderas razones estructurales que generan el conflicto. La Comisi贸n es una farsa en los aspectos resolutivos y en su objetivo principal: solo ha querido convencer a la opini贸n p煤blica de que se llegaron a acuerdos para lograr un entendimiento con las comunidades. No es comprensible ni aceptable sesionar con prop贸sitos de paz cuando nuestro pueblo sufre un estado de excepci贸n permanente. Al respecto hemos sido claros, con presos pol铆ticos mapuche y con las comunidades sitiadas por los militares no habr谩 paz ni entendimiento posible en el Wallmapu hist贸rico.
Una Comisi贸n que desde el principio plante贸 la exclusi贸n de las organizaciones Mapuche en resistencia no tiene validez ni tiene legitimidad, y est谩 condenada a quedar en la historia como un nuevo intento para desperfilar el principal conflicto que tiene el Estado chileno. En vez de paz y entendimiento este gobierno dejar谩 un legado que ser谩 el establecimiento permanente de la militarizaci贸n en el Wallmapu. Lo que se ha traducido en la asignaci贸n de muchos recursos para las polic铆as y las fuerzas armadas, instalando un verdadero estado de ocupaci贸n militar, nunca antes visto.
La Comisi贸n propone tambi茅n reparaci贸n hacia aquellos que los medios de comunicaci贸n presentan hoy como “v铆ctimas en el conflicto”, quienes est谩n detr谩s de las empresas forestales y del latifundio, grupos econ贸micos que son los verdaderos responsables de la devastaci贸n de nuestros territorios y los espacios sagrados que all铆 se encuentran. Estos medios no muestran la lucha real de nuestro pueblo contra las grandes inversiones capitalistas y las pol铆ticas extractivistas que arrasan contra el mundo mapuche en su total dimensi贸n.
Bajo esta l贸gica, la impunidad para los represores y usurpadores de nuestros territorios est谩 asegurada, en la l铆nea de lo ha planteado siempre la derecha pol铆tica y econ贸mica para proyectar la custodia y resguardo de sus inversiones. Esta situaci贸n de impunidad nos afecta sobremanera, no solo por la mantenci贸n del despojo, por la continuidad del sistema de propiedad usurpado que devasta la naturaleza y destruye nuestro itrofil mongen (todas las vidas), sino porque con estas componendas se garantiza el reacomodo del gran capital en el territorio ancestral, representado hoy por los monocultivos y las centrales hidroel茅ctricas.
«Llevar adelante un proceso de reconstrucci贸n de la Naci贸n Mapuche implica sentar las bases para una gran propuesta de liberaci贸n nacional, lo cual nos obliga, en todos los sentidos, a confrontar con la estructuras de dominaci贸n que tiene el Estado chileno y el Estado argentino.»

Para contextualizar y comprender c贸mo se debe abordar el conflicto hist贸rico entre nuestro pueblo y los Estados de Chile y Argentina, nos permitimos exponer las diversas corrientes pol铆ticas e ideol贸gicas que existen, d谩ndole 茅nfasis a las m谩s fuertes:
Primero, aquella que a煤n est谩 instalada en la derecha chilena y en los sectores m谩s fascistas, que arrastran una impronta racista y colonial hist贸rica, que tuvo su apogeo durante la dictadura civil-militar de Pinochet y que a煤n se mantiene en los sectores m谩s duros de la derecha y de la ultraderecha chilena, y est谩n arremetiendo con mayor fuerza por la militarizaci贸n y la creaci贸n de bandas paramilitares. Es una postura que sostienen los fascistas, los colonos usurpadores, acompa帽ados hoy de sectores de la ultraderecha chilena. Sectores que representan al empresariado y a trav茅s de los gremios presionan al gobierno actual por pol铆ticas y “medidas de seguridad”, que solo buscan la protecci贸n de las faenas forestales y otras inversiones capitalistas que depredan el territorio ancestral mapuche. Bajo esta posici贸n siempre se ha sostenido que para terminar con el conflicto, el “ideal” ser铆a el exterminio de las comunidades, el exterminio del pueblo Naci贸n Mapuche, o en su efecto mantenerlos oprimidos a trav茅s de la ocupaci贸n pol铆tico-militar. Esto nos remite al «despojo” sufrido durante la 茅poca de la ocupaci贸n, lo ocurrido entre los a帽os 1881 a 1883, una invasi贸n pol铆tico-militar de dos Estados en contra de nuestro pueblo. Las pol铆ticas actuales buscan dar continuidad a ese hito hist贸rico a trav茅s una nueva ocupaci贸n militar del territorio ancestral.
La segunda postura que existe es la instalada por los gobiernos post dictadura, por los partidos pol铆ticos concertacionistas (1990-2010). Se basa en una concepci贸n “indigenista”, es decir, de tratar a los mapuche como ind铆genas chilenos sujetos a las estructuras de dominaci贸n del Estado chileno, a la Constituci贸n y a toda la institucionalidad pol铆tica, econ贸mica y jur铆dica opresiva con nuestro pueblo. Para el efecto, se estableci贸 un tipo de legislaci贸n, una ley ind铆gena que puede abordar ciertas demandas y las reivindicaciones en materias econ贸micas, sociales, restablecer m铆nimos derechos en salud, educaci贸n, trabajo, manteniendo as铆 el sistema de dominaci贸n. Los gobiernos de la Concertaci贸n pretendieron as铆 controlar el conflicto hist贸rico. Fue en este contexto que se dio la disrupci贸n de la Causa Mapuche por la recuperaci贸n del territorio ancestral. La lucha por las tierras, por la defensa de las tierras, repleg贸 al Estado chileno en la defensa del sistema de propiedad usurpado. As铆 se puede comprender por qu茅 las distintas instituciones del Estado, los tribunales, el parlamento, las polic铆as asumieron una posici贸n de criminalizar la causa mapuche y efectuaron una persecuci贸n enconada contra las posturas m谩s consecuentes con las reivindicaciones territoriales y pol铆ticas.
Una tercera posici贸n, que toma mayor fuerza a partir del “estallido social” y de la izquierda supuestamente progresista, es la que propone un proceso de inclusi贸n del Pueblo Naci贸n Mapuche bajo una concepci贸n de plurinacionalidad, es decir, la conquista de un Estado plurinacional. Que seg煤n ellos ser铆a el m谩ximo logro de los derechos y las demandas hist贸ricas tanto territoriales como pol铆ticas de los pueblos originarios. Esta no es la postura que tenemos como CAM, porque es incompatible con nuestra lucha hist贸rica, que hoy constituye nuestro proyecto pol铆tico-estrat茅gico. As铆 se debe entender por qu茅 nosotros no tuvimos participaci贸n en la constituyente cuando la propuesta era solo reformar la Constituci贸n chilena, ya que significar铆a que el mundo mapuche pasar铆a a estar sujeto a un ordenamiento pol铆tico-jur铆dico e institucional eminentemente occidental y sist茅mico. Hay una concepci贸n de subalternidad y de racismo generalizado que no permite el reconocimiento de nuestros elementos culturales e idiosincr谩ticos. Y finalmente, porque no hay una propuesta fundada de autonom铆a territorial que implique seriamente la reconstrucci贸n de la Naci贸n Mapuche.
La cuarta posici贸n es la que sostenemos como CAM por ya tres d茅cadas: acumular fuerza social, pol铆tica y revolucionaria desde el mundo mapuche para instalar una propuesta propia, mapuchista, desarrollando as铆 un gran proceso de liberaci贸n nacional del Pueblo Naci贸n Mapuche. Hay un pilar estrat茅gico fundamental de reconstituci贸n del tejido social, pol铆tico e ideol贸gico propio y desde las comunidades, sumado a otro proceso de Resistencia en contra principalmente de la reproducci贸n del capital en los territorios que est谩n siendo reivindicados en base a este proyecto de rearticulaci贸n de comunidades cada vez m谩s amplio. Llevar adelante un proceso de reconstrucci贸n de la Naci贸n Mapuche implica sentar las bases para una gran propuesta de liberaci贸n nacional, lo cual nos obliga, en todos los sentidos, a confrontar con la estructuras de dominaci贸n que tiene el Estado chileno y el Estado argentino. Es el restablecimiento de una territorialidad ancestral para que nuestro pueblo mapuche recupere sus propias formas, tanto pol铆ticas, ideol贸gicas, culturales y de cosmovisi贸n, lo que nos permitir谩 seguir proyect谩ndonos como una Naci贸n originaria diferente, con nuestra propia realidad e identidad, con una historia, un pasado un presente y un futuro com煤n.

El desarrollo del conflicto, desde hace ya tres d茅cadas, tiene un diagn贸stico muy claro: la presencia del gran empresariado que tiene sus inversiones en nuestro territorio ancestral y la reemergencia de una resistencia por parte de un pueblo. Con la usurpaci贸n de las tierras y la arremetida del capitalismo en contra de las comunidades se agudizaron las contradicciones, principalmente porque los grupos econ贸micos, para llevar adelante sus grandes inversiones en el 谩rea forestal, en el 谩rea energ茅tica, minera, tur铆stica y de especulaci贸n financiera e inmobiliaria, han embestido violentamente contra las comunidades mapuche.
El desarrollo del movimiento autonomista es para hacer frente a esta realidad, un avance que fue decisivo, y la respuesta de parte del Estado fue ponerse del lado de los poderosos y desarrollar violencia pol铆tica institucional en contra de los mapuche. Hoy d铆a esa confrontaci贸n se ha agudizado cada vez m谩s, por la arremetida del gran capital y la respuesta del Estado frente a las movilizaciones, hasta el punto de que ya existe nuevamente un verdadero estado de ocupaci贸n militar (los estados de excepci贸n) con una legislaci贸n dictatorial, direccionada contra las expresiones m谩s organizados y fuertes de la causa mapuche.
Este proceso de confrontaci贸n, con componentes de violencia estatal y empresarial, nos obliga a responder con el control territorial y la autodefensa armada. Es lo que se ha reivindicado como la resistencia mapuche. Un tipo de resistencia integral que est谩 referida a la recuperaci贸n de nuestras tierras y la defensa de todo el mundo mapuche desde una perspectiva propia. Se trata de una lucha muy b谩sica y acotada en la defensa de los procesos de recuperaci贸n. Hoy est谩 de manos de los 贸rganos de resistencia territorial, quienes dan continuidad al mandato de las comunidades que llevan adelante un proyecto de rearticulaci贸n de los territorios.

Nuestra propuesta es sobre la base de un lineamiento pol铆tico estrat茅gico. Por una parte, luchar por la reconstrucci贸n de la Naci贸n Mapuche, por otra, asumir la resistencia al Estado capitalista. Ambas l铆neas estrategias se complementan. Cuando se desarrollan procesos de recuperaci贸n de tierra, entendemos que va a haber una respuesta por parte del Estado que ser谩 violenta, y por lo tanto hay un proceso de autodefensa y de resistencia m铆nima.
Hay una propuesta de articulaci贸n tanto de la demanda territorial-pol铆tica, como de los dem谩s componentes a desarrollar, elementos culturales, ideol贸gicos, pol铆ticos, econ贸micos, de educaci贸n y tambi茅n milicianos y militares, para hacer la defensa como un conjunto. No solo tiene que ver con la defensa de todo el tejido social, pol铆tico e ideol贸gico de nuestra gente, sino de la defensa de lo que nosotros entendemos como nuestro mundo, el Itrofill mongen, la defensa en definitiva de la naturaleza y su biodiversidad.
En concreto, es la defensa de nuestros cerros, de los r铆os, de nuestros lagos, de nuestro Lafken (mar), de toda la territorialidad ancestral en su conjunto. Es una defensa que se da tambi茅n en el plano te贸rico, en el plano ideol贸gico y cultural, con las vocer铆as, con las proclamas, con la reafirmaci贸n, con educaci贸n y formaci贸n propia. Por tanto, se trata de una lucha muy integral y concreta. No podemos esperar que nuestros Newen (fuerza vital), nuestros Ngen (espiritualidad) hagan solos la defensa, sino que tambi茅n es necesario organizar la fuerza propia y desarrollar una defensa con militantes y pu Weichafe (guerreros) de la causa mapuche. Los weichafe son los que deben asumir el llamado de la tierra, de los ancestros y ponerse al servicio de las comunidades para accionar contra los enemigos hist贸ricos.
¡Por territorio y autonom铆a para la Naci贸n mapuche!
Extractado de Werken Noticias en facebook el 13.6.25
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