Jaime Bassa, a casi un mes de instalada la Convención: “El eje izquierda-derecha hoy no explica la correlación de fuerzas en el proceso constituyente”
Jaime Bassa, a casi un mes de instalada la Convención: “El eje izquierda-derecha hoy no explica la correlación de fuerzas en el proceso constituyente”
Jaime Bassa (44) está tranquilo. Acaba de volver a su oficina luego del primer punto de prensa de la mesa ampliada de la Convención Constituyente, con sus nueve integrantes. Son pasadas las 18 horas del jueves 29 de julio y la mayoría de los constituyentes comienzan a abandonar el edificio del ex Congreso. Bassa se queda en su oficina con vista a calle Bandera, completando el papeleo del día. El espacio es pequeño y hay tan pocos muebles, que cada palabra pronunciada reverbera en su interior: una alfombra, un escritorio y un armario al fondo de la sala componen toda la decoración.
Ahí es donde el abogado pasa parte de las 12 horas diarias promedio que le toma conducir el trabajo constitucional en su rol de vicepresidente de la Convención.
Bassa afirma que el trabajo en la Convención es su única prioridad en este momento, por lo que ha dejado de lado su vida en Valparaíso. Entre otras cosas, extraña los libros que leía y las canciones que tocaba en guitarra. Es fanático declarado del rock y del grunge de comienzos de los 90. Pearl Jam, Nirvana, Soundgarden y Alice in Chains son sus bandas de cabecera, pero las largas jornadas lo han tenido alejado de sus pasatiempos en el último mes. Pasa cuatro días de la semana en Santiago y cada lunes en la mañana viaja en auto a la capital junto a otros constituyentes o al equipo de la Universidad de Valparaíso, plantel que dispuso de personal para asesorar a la convención. Los fines de semana, en tanto, trata de retomar, aunque sea en parte, la vida que tenía antes del 4 de julio.
En entrevista con The Clinic, Bassa hace un positivo balance del proceso constituyente, luego de la asunción de las nuevas vicepresidencias adjuntas. Destaca que, en menos de un mes, ya existan ocho comisiones provisorias operativas y que incluso ya han aprobado normas jurídicas. Por otra parte, reconoce los errores que se cometieron en los primeros días de funcionamiento, y defiende el mecanismo de ampliación de la testera ante las críticas de algunos sectores, asumiendo los costos políticos que ello trajo consigo.
¿Qué balance hace del trabajo de la Convención a casi un mes?
-Ha sido un mes de trabajo muy provechoso. Hemos avanzado a un ritmo muy interesante, porque, a menos de un mes de inaugurada la Convención, ya tenemos ocho comisiones funcionando, cada una de ellas con sus respectivas coordinadoras y coordinadores. El pleno de la Constituyente fue capaz de generar normas jurídicas durante este primer mes, que fueron precisamente las normas reglamentarias a partir de las cuales se instalan estas ocho comisiones. Ese es un dato muy importante de cara al tipo de trabajo constituyente que tenemos que hacer a lo largo del año, que es precisamente crear normas jurídicas. Además, antes del mes hemos logrado ampliar la mesa de la Constituyente, cumplir ese compromiso que asumimos de tener una mesa más representativa de la diversidad política, social y territorial del país.
¿Cómo queda la legitimidad de la mesa luego de la instalación de las vicepresidencias adjuntas?
-Se fortalece muy claramente la legitimidad del proceso constituyente, de la Convención y de la mesa también. Hemos dado muestras, tanto con la ampliación de la mesa como con la reunión de las y los coordinadores de las comisiones, de que este es un proceso plural, diverso, abierto y representativo de las distintas perspectivas políticas, sociales y territoriales del país.
¿Se fortaleció en este mes de instalación?
-Hoy día la mesa se encuentra en un muy buen pie. Probablemente es el momento más alto de una mesa que crece, de un proceso constituyente que se legitima, de una mesa que se legitima todavía más de cara a la ciudadanía, de cara a sus compañeros y compañeras constituyentes. Dimos un paso muy importante en incorporar esa diversidad en todos los espacios de gestión, de gobierno y de trabajo de la Constituyente.
¿Cuáles han sido las principales dificultades de estas semanas?
-Lo más difícil fue enfrentar el temor al fracaso durante la primera semana. Esa semana del lunes 5 de julio fue muy difícil, la Constituyente quedó un poco en el aire. Y logramos salir adelante, diría yo, gracias al empuje, compromiso y entrega de funcionarios y funcionarias del Estado, de los órganos permanentes de la República que se pusieron a disposición del proceso constituyente y del proceso de cambio social. Esa gran dificultad de la primera semana pudimos superarla gracias a esa red de contención. Yo diría que ese fue el momento más difícil.
Mencionó el “temor al fracaso”. ¿Cuál fue el peor escenario que vio como una posibilidad?
-El lunes 5 de julio, estábamos las 155 constituyentes en el edificio y no teníamos condiciones para sesionar. No había condiciones sanitarias, tecnológicas, de infraestructura, no había soporte para el registro de las comisiones o transmisiones ni apoyo al secretariado. Y las 155 personas ya estaban aquí, con todos los costos económicos y familiares que eso significa. Efectivamente, ese lunes 5 de julio no estaban las condiciones y el temor fue ¿cuándo vamos a tener las condiciones? Fuimos muy afortunados y afortunadas en contar con esos trabajadores que, entre lunes y martes, pudieron generar las condiciones para que el miércoles pudiésemos sesionar.
Los tiempos y la legitimidad
Se ha hablado mucho de los plazos de otros procesos constituyentes en el mundo. ¿Cómo evalúa el proceso chileno en término de tiempos?
-En términos comparados, si uno compara este proceso constituyente con otros, yo creo que vamos a un ritmo muy positivo. Primero, porque no ha pasado un mes y ya están las comisiones funcionando, hemos sido capaces de crear normas jurídicas y ampliamos la representatividad de la mesa. La mesa gana mucha, mucha legitimidad.
Pero al mismo tiempo sabemos que durante el próximo mes se van a estar discutiendo las normas reglamentarias permanentes que permitirán que la Constituyente pueda discutir el contenido de la nueva Constitución. Y si las cosas salen de la manera que están planificadas, probablemente durante la segunda o tercera semana de septiembre las comisiones permanentes ya van a estar instaladas, funcionando y discutiendo los contenidos de la nueva Constitución. Es decir, entre dos y tres meses, como mucho, vamos a tener reglamento, comisiones permanentes y vamos a tener el inicio de la discusión de los contenidos. Y eso es gracias al trabajo que se ha hecho este primer mes.
En caso que no se cumpla ese plazo autoimpuesto, ¿cree que el proceso tiene el riesgo de perder legitimidad?
-Creo que no. La legitimidad del proceso está bastante garantizada, de alguna manera, por la transparencia con la que se ha llevado adelante todo el trabajo que hemos hecho, por el amplio respaldo ciudadano y popular que tiene nuestro trabajo. Especialmente por la relación que ya se está construyendo entre la Constituyente y los distintos sectores de la ciudadanía y de la sociedad que quieren participar activamente del proceso constituyente. Esto lo digo porque, durante esta semana, las comisiones de Ética y de Reglamento empezaron el proceso de audiencias públicas, donde están recibiendo a distintos representantes de la sociedad civil. Y eso representa el trabajo permanente que queremos ver a lo largo de todo este año de trabajo.
Finalmente, las comisiones que están tomando decisiones, lo hacen prácticamente por unanimidad. Tanto Ética, como Presupuesto, y en algunos casos también Reglamento, han podido darse normas propias de funcionamiento con mucha autonomía y en muchas ocasiones desde la unanimidad. Es decir, comisiones de 17, 20 y hasta 30 constituyentes, ponen en común su compromiso con el proceso constituyente y son capaces de tomar decisiones rápidamente con altísimos niveles de acuerdo. Eso da cuenta de la legitimidad y la fortaleza que tiene el proceso constituyente.
-Unanimidad que, probablemente, no se reproducirá cuando se discutan los contenidos de la nueva Constitución.
-Cuando uno piensa el país para los próximos 100 años, uno levanta la vista y trata de ver más allá de las contingencias, más allá de los problemas y de las diferencias. Y creo que hay un anhelo de inclusión, un anhelo de justicia social, un anhelo por una distribución más equitativa de la riqueza y los recursos del país. Y ese anhelo es bastante transversal. Hay una relativa consciencia que los actuales modos de convivencia social no garantizan más estabilidad, sino que todo lo contrario. Efectivamente tenemos muchas diferencias en varios sectores políticos, pero hay una suerte de sentido común que se ha estado instalando progresivamente en distintos sectores de la sociedad y que tiene una representación constituyente bastante clara.
La compleja semana del 07 de Julio
En los primeros días de funcionamiento de la Convención, la mesa hizo algunos reparos sobre sus propias decisiones. Manifestaron que cometieron “errores” en algunas votaciones particulares. ¿Hace alguna autocrítica de este mes?
-Efectivamente, esa primera semana cometimos algunos errores. Yo lo reconocí inmediatamente. El miércoles 7 de julio tuvimos una jornada de votación en la cual no estaban habilitados todavía los sistemas electrónicos que permitían votar como estamos votando ahora. Y las votaciones que tuvimos ese día, sin perjuicio que la gran mayoría de ellas tuvieron apoyos muy importantes, se llevaron adelante de una manera que claramente mejoramos con el correr de los días. Ahí hay un error y un margen de autocrítica que lo hicimos saber. Fuera de ese caso puntual, la mesa ha cumplido un papel muy importante en generar las condiciones para que la deliberación del proceso constituyente refleje la diversidad política, social y territorial.
–Como mesa, plantearon un mecanismo de elección de las vicepresidencias que recibió críticas por parte de algunos sectores que, justamente, los apoyaron para llegar a la presidencia y vicepresidencia de la Convención. ¿Cómo recibió ese “fuego amigo”?
-Es importante poner sobre la mesa dos puntos. El primero, es que la mesa tiene un compromiso muy claro y muy rotundo con proyectar la diversidad constitutiva de la Convención Constitucional a todos los espacios de gobierno y de gestión. Nos parece que todos los espacios de trabajo, tanto en comisiones como en la mesa directiva, tienen que ser el reflejo de la diversidad, de la plurinacionalidad y de la paridad de la propia Convención. Por lo tanto, aquí no hubo un cálculo político de qué es lo que más le convenía a la mesa, a la imagen de la presidenta o a mí, sino que el ejercicio fue que tenemos un compromiso democrático y ese compromiso tiene que reflejarse al costo político que sea.
El segundo aspecto que me parece importante, es que nuestra propuesta para la integración de la mesa recoge la práctica política que hemos visto en la Constituyente en este primer mes de trabajo. La idea de los patrocinios es el mecanismo que se ha utilizado para la formulación de propuestas de declaración, como fue el caso de los Presos de la Revuelta, es el mecanismo que se ha utilizado para la integración de las comisiones, y es el mecanismo para proponer la reglamentación de esas comisiones. Más allá de la conveniencia política que a un sector le pueda generar este mecanismo u otro, como mesa directiva nos parece muy relevante relevar la centralidad que tiene la práctica política y la práctica social como una fuente creadora de derecho. Porque el proceso constituyente tiene que ser el reflejo de los procesos de cambios sociales. Y los cambios sociales se viven, se practican y se ejercen.
Mencionó que esta propuesta se ejecuta a pesar de los costos políticos. ¿Cuáles fueron esos costos?
-Siempre es difícil salir a explicar públicamente el contenido de las decisiones que se toman desde el gobierno y la gestión de un órgano de representación popular cuando esas decisiones generan efectos que, de distinta manera, benefician a sectores diversos. La presidenta y yo somos unos convencidos que la nueva Constitución es para todo el país, para todos los sectores de la sociedad. Y tenemos la convicción que el desafío es terminar con las formas de dominación, sin excluir a quienes han protagonizado esas formas de dominación. Esa construcción colectiva supone una construcción democrática, supone que los distintos sujetos políticos, los distintos sectores de la sociedad, concurran democráticamente y se reconozcan recíprocamente en condiciones de igualdad. Efectivamente es una cuestión difícil de explicar, especialmente en un momento de crisis donde esas formas de dominación terminan por estallar.
Apruebo Dignidad: “Está pasando por un momento difícil”
Da la impresión que un sector de la izquierda apunta a la exclusión de un sector, en este caso, la derecha. ¿Le preocupa ese ánimo?
-El eje izquierda-derecha hoy no explica completamente la correlación de fuerzas sociales que empujan el proceso constituyente. Y, al mismo tiempo, no creo que estemos hoy día en presencia de una mayoría circunstancial. Hay un continuo político, social y electoral muy claro que se proyecta desde la Revuelta hacia el Plebiscito de octubre de 2020 y hacia las elecciones de mayo del 2021 que es bastante consistente. Hay un proceso de transformación que se está consolidando y da cuenta de los distintos hitos que ha tenido la historia reciente del país.
Por lo mismo, no creo que haya sectores específicos de un lado o de otro que estén en favor de la exclusión, para nada, sino que hay distintas interpretaciones acerca de cómo llevar adelante esos procesos de transformación. Esas son las diferencias que, de alguna manera, se han ido manifestando recientemente y que han sido resueltas al interior de la Constituyente con diálogo y democráticamente.
¿No le genera ruido que, por ejemplo, la UDI esté representada en la mesa a través de una vicepresidencia y no lo esté el Partido Comunista?
-Como decía al principio, el compromiso de la mesa es que todos los espacios de gobierno y de trabajo dentro de la Convención Constitucional sean representativos de esa diversidad política, social y territorial que la caracteriza. Desde esa perspectiva, me parece que todos los sectores cuentan con las garantías institucionales necesarias para participar de esos espacios en condiciones de igualdad. Más allá de si estamos hablando de un partido en particular o de otro, lo cierto es que hemos dado una señal muy clara de que la construcción política de una sociedad más justa, más equitativa y más diversa, se realiza desde esa diversidad, incluyendo a distintos sectores sociales y no excluyéndolos.
–Apruebo Dignidad, uno de los sectores que más lo apoyó a usted y a la presidenta a llegar a la mesa, vive un momento complejo. ¿Qué diagnóstico realiza de este conflicto?
-Yo fui candidato independiente en un cupo de Apruebo Dignidad. Me parece que es un pacto político, programático y electoral que tiene una responsabilidad histórica muy importante de cara al ciclo de transformaciones sociales que estamos viviendo. De cara a las elecciones presidenciales y parlamentarias que se van a realizar durante este año, pero también de cara al proceso constituyente. Tengo la impresión que siendo ambas dinámicas que forman parte de un nuevo ciclo de transformación, se trata de dinámicas distintas, donde no necesariamente lo que uno está acostumbrado a leer en la clave de la política constituida puede ser utilizado para leer o para interpretar lo que ocurre en una clave constituyente.
Los compromisos que se han asumido con las distintas fuerzas que apoyaron mi candidatura como vicepresidente, se han respetado con el horizonte de ampliar la participación de distintas fuerzas políticas, de modo tal que se puedan generar las condiciones para que esos grandes acuerdos se puedan realizar. Me parece que es un pacto que, como todos los pactos, está pasando por un momento difícil, pero es de alguna manera la riqueza de la diferencia. Y hay una oportunidad para construir desde las diferencias y ser capaces de superar momentos difíciles con más diálogo y más compromiso.
¿Qué espera de Apruebo Dignidad para que pueda resolver sus diferencias internas?
-Los distintos espacios de Apruebo Dignidad tienen que generar más diálogo, más comunicación. Articular mejor puertas adentro, pero también articular puertas afuera. Creo que Apruebo Dignidad es un pacto que está llamado a ponerse al servicio de esa construcción política, de esa construcción social del proceso de transformación que estamos viviendo. Y ponerse al servicio, también, de la responsabilidad.
¿No le preocupa que las diferencias dentro de la coalición puedan afectar, por ejemplo, la campaña presidencial de Gabriel Boric?
-Creo que no, son cosas distintas. El ejercicio de la política en el espacio constituido tiene dinámicas distintas al ejercicio de la política del espacio constituyente. De verdad, creo que todas, todos y todes tenemos que hacer el esfuerzo de ver estos procesos políticos con distintos lentes, con distintas perspectivas.
¿Teme una posible presidencialización del proceso constituyente?
-Miedo no. Como decía, creo que los procesos políticos y sociales forman parte, de alguna manera, de un todo. Pero lo que estamos haciendo en la Convención Constitucional es mirar el país para el próximo siglo, más allá de los resultados políticos y electorales de la coyuntura. Ciertamente, para el proceso constituyente es mucho más importante tener gobiernos y parlamentos que estén a favor del proceso constituyente y no que estén en contra. Desde esa perspectiva, no es irrelevante la elección presidencial, así como tampoco lo es la elección parlamentaria. Pero esa relevancia tampoco es estrictamente conmutativa. Me parece que el proceso constituyente tiene una autonomía distinta de los procesos electorales.
La convención en la Ley de Presupuesto
¿Cuándo existirá total autonomía en la gestión de los recursos económicos por parte de la Convención?
-Total autonomía no habrá, porque finalmente hay una Ley de Presupuesto que regula el gasto público y la Constituyente ejecuta gasto público. Pero sí, en estos días, durante la próxima semana, se va a constituir el Comité Externo de Asignaciones, que va a permitir una forma de ejecución presupuestaria distinta. Eso debería quedar zanjado en el pleno del día martes. Y, al mismo tiempo, la comisión provisoria de Presupuesto y la de Reglamento, están trabajando en normas reglamentarias preliminares que permitan efectivamente liberar los fondos que están asociados al subtítulo 24 de la partida presupuestaria respectiva.
Durante las próximas semanas comienza la discusión de la Ley de Presupuestos de 2022. ¿Qué llamado hace al gobierno para la tramitación de esta ley?
-Si algo hemos aprendido en este mes, es que la estructura presupuestaria era tan exigua y restrictiva como se había anunciado antes del domingo 4 de julio. Es muy importante que tanto la Constituyente como los poderes constituidos puedan participar de ese proceso de deliberación de la Ley de Presupuestos, poniendo sobre la mesa lo importante que es generar las condiciones para una participación equitativa, inclusiva e igualitaria de la ciudadanía y los distintos sectores del territorio en el proceso constituyente. Eso va a requerir hacer un levantamiento muy preciso de las necesidades de la Constituyente para que este proceso se pueda llevar adelante.
Tanto en las comisiones como en las vicepresidencias adjuntas se ha reforzado la “rotatividad” de estas instancias. ¿Hasta cuándo va a estar la mesa actual?
-Son definiciones que no tenemos todavía. La primera sesión de trabajo propiamente tal de la próxima mesa va a ser el próximo lunes, por lo tanto es muy apresurado decir cuándo se va a renovar este organismo. Yo creo que es más importante fijarse en cuáles son los procesos políticos que se están verificando. Hoy día se encuentra en marcha en plena ejecución una etapa de instalación de la Constituyente. Y mientras eso no termine, me parece que es apresurado preguntarse cuándo se va a renovar la mesa.
Extractado de: https://www.theclinic.cl/2021/07/30/jaime-bassa-a-casi-un-mes-de-instalada-la-convencion-el-eje-izquierda-derecha-hoy-no-explica-la-correlacion-de-fuerzas-en-el-proceso-constituyente/
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