Historias de miritas: Gregorio Salvador Rios (El Chicote)

 Historias de miritas: Gregorio Salvador Rios  (El Chicote)

 enviado por: Red Charquican red@charquican.cl

Victor Manuel Gavilan


Durante los años 1970 y principios del 73 yo trabajé como Asistente Social para el Departamento de Asuntos Estudiantiles de la Universidad de Concepción en la sede universitaria Los Angeles en Chile. En el mes de marzo de 1971, llegó a mi oficina en Los Angeles, un joven de origen  Peruano. Me explicó que venia a integrarse al trabajo campesino que el Mir desarrollaba en la provincia de Bio-Bio, Malleco, Arauco y Cautin. Era un muchacho joven, no más de 20 años de edad. Le ofreci hospedaje en el hogar universitario, toda vez que allí  la mayoría eran miristas. Dijo llamarse; Gregorio Salvador Rios. Nos regaló cinco mil escudos para el partido, cerca de dos mil dólares. Muy pronto lo integramos al trabajo campesino de Ralco y Trapa Trapa en el alto Bio-Bio. Más tarde  lo enviamos a Mulchen y después de un año le llevamos a Cautin, para integrarse al trabajo con los mapuche en Lautaro. Alli lo bautizaron como el “Chicote” porque era un joven bajo de estatura y pasaba muy bien mimetizado con los mapuche. Solo su acento peruano le delataba.

El compañero Chicote  había terminado sus estudios secundarios en la localidad de Huaral en Peru. Su maestro apoderado había sido el sindicalista peruano Amador Solium Requera, quien le había recomendado se fuera a Cuba para terminar sus estudios superiores. Sin embargo, la situación politica de Chile comenzaba a apacionarle no solo a su maestro sino que también al joven Gregorio. Los viajes a la isla de Cuba solo eran posible desde el aeropuerto de Cerrillos de Santiago de Chile.

Gregorio llegó a Santiago en el mes de enero de 1971. En Santiago tomó contacto con estudiantes de la Fech (Federacion de Estudiantes de Chile), visitó  la Embajada Cubana en Santiago, pero el trámite tomaría un par de meses. En la Fech se unió a un grupo de extranjeros que visitaban Chile por la misma época, entre ellos argentinos, bolivianos, colombianos, brasileños y Uruguayos. Este grupo eran todos militantes de sus  respectivas organizaciones revolucionarias en sus propios países y habían llegado a Chile entusiasmados con el triunfo de Salvador Allende y el sueño de transformar la sociedad chilena  y alcanzar el socialismo por la via pacifica.

El grupo de 18 personas entre jóvenes y adultos mayores fueron invitados a participar de  un encuentro de análisis político en la ciudad de Talca en un centro comunitario ubicado  en la calle Los Eucaliptos. Tambien estuvieron en la precordillera, estudiando la factibilidad de un foco guerrillero. En la ciudad de Talca estuvieron un poco más de un mes, durante el verano de 1971. La conclusión final del grupo fue que en Chile por aquella época no era posible iniciar focos guerrilleros, de manera entonces que más de la mitad de ellos regresaron a sus países de origen para continuar la lucha interna y los menos decidieron quedarse en Chile para integrarse al proceso chileno, entre ellos los brasileños, los uruguayos y el Chicote.

Un hombre apodado el “Morris” de formación Tupamaro de Uruguay, le propuso a nuestro amigo el Chicote, quedarse en Chile y contactar al Movimiento de Izquierda Revolucionario, MIR. Solo el Morris conocia el Mir Chileno. El Chicote me confesó que no conocía nada del Mir de Chile. Solo había escuchado hablar de un Mir Peruano lidereado por Luis de la Puente, pero tenia plena confianza en el compañero Morris. Lograron contactarse con los “Mellisos” en Talca, y ellos le dieron el contacto del Cojo Miranda de Concepcion. Todo les resultó bastante coordinado. Lograron hablar con el Cojo y acordaron que el “Tupa Uruguayo se quedaba en Concepcion y el Chicote se iria a Los Angeles. El Cojo Miranda contactó al Mechon Macaya (Luis Felipe Macaya) un profesor de economía y miembro del Mir, que trabajaba en la sede universitaria de Concepcion en Los Angeles. El Mechón dejó al Chicote hospedado en el Restaurante de la Sra Maria Basso en la calle Valdivia, en Los Angeles y más tarde logramos sostener la reunión formal con Capulo Araya, jefe del Comité Local del Mir en Los Angeles.

Yo  trabajaba para la Universidad de Concepcion, y por aquella fecha era miembro del Secretariado Regional del Mir de Cautin. Integramos al Chicote a una base del Mir en Los Angeles en calidad de simpatizante, y tres meses más tarde seria aspirante y después de un año conquistar la calidad de militante del Mir. La formación política de los miristas se daba en medio de las luchas sociales y con la gente. El Chicote estuvo  con los pobladores de Los Angeles,  con los mapuche de Trapa Trapa, en Lonquimay, en Chiquitoy con Ivonne Dagnino, en Collipulli y finalmente  en Lautaro con el Movimiento Campesino Revolucionario, en las corridas de cercos y tomas de fundos que más tarde pasaron al área social del campo chileno, bajo el programa de gobierno de Salvador Allende.
El compañero Gregorio participó activamente en el proceso revolucionario que vivió Chile durante los años 1972 y 1973. El Chicote llegó a identificarse plenamente con la política del Mir y del MCR durante el tiempo que estuvo con nosotros. Finalmente logró ganarse la militancia del Mir en Lautaro, llegando a ser miembro de la dirección del Comité Local Temuco, a cargo de la tarea de Talleres, un trabajo altamente clandestino. Tambien eran miembros de ese Comité Local:  el Bobito Sergio Cuevas, el Hippy, Luis Almonacid, el Indio Enrique Perez, Ruben  Morales y  Aldo Contreras entre otros. De toda esta gente solo Aldo esta con vida. Todos los otros ya no están con nosotros.

Despues del Golpe Militar, el Chicote  me informó que uno de sus miembros cayó preso y entregó las casas de los talleres. El Chicote debió salir de Temuco y viajar a Santiago con la compañera Nana. En Santiago contrajo matrimonio con Iris, una compañera de Temuco. Tambien en  Santiago logró contactarse con Jose Peralta, Secretario Regional del Mir de Cautin. Tuvo la posibilidad de reitegrarse a una base del Mir en Antofagasta, pero el Diario Austral de Temuco por el mes de diciembre de 1973 reveló la identidad del Chicote y entonces debió ingresar al refugio la Florida de Santiago, creado para los extranjeros por la Naciones Unidas. Un funcionario de la ONU le ayudó a conseguir un lugar en la Embajada Suiza y el 29 de diciembre de 1973 el Chicote fue embarcado en Cerrillos con rumbo a la República Federal de Alemania.  Alli nacieron sus dos hijos Pablo y Nicole. Gregorio vivio 30 años de exilio en la ciudad de Goettingen.

En Alemania estudió Ciencias Sociales en la Universidad  Georg August University Goettingen, llegando a obtener un Doctorado en ciencias sociales. Por los años 2002 obnubilado por el gobierno de Alejandro Toledo en Peru, vuelve a su país para ponerse al servicio de los cambios que supuestamente haría Toledo, a quien le decían el cholo, o el indio Toledo y quien resultó no ser cholo ni indio sino que un perfecto colaborador de los americanos. Toledo antes de terminar su periodo presidencial en el año 2006 huyó a los Estados Unidos, junto a su esposa Eliane Karp para evitar ser encarcelado por corrupción. Durante un par de años Gregorio trabajo en el FONCODES en Lima. El Fondo de Cooperación para el Desarrollo Social,  un programa nacional del Ministerio de Desarrollo e Inclusión del Gobierno Peruano. El Chicote decepcionado, abandonó al cholo americano y desde Lima se fue a su tierra de origen, la ciudad de Huaral para trabajar  como gerente en la Empresa de Aguas de la ciudad. Después de diez años  jubiló y se retiró a su campo en la misma zona para irse a vivir con las montañas, sus animales y vivir la cosmovisión andina por sus últimos años de vida. Su esposa y sus hijos se quedaron en Alemania. Le dijeron un dia  – No más aventuras, Gregorio Salvador – Nosotros nos quedamos en Europa. Y Gregorio Salvador Rios “El Chicote” volvió a su tierra en Peru, primero a Lima y más tarde a Huaral. Alli   conocio a Viviana Puma Huaman, quien le acompaño en todo el resto de su vida en su tierra andina.

En una carta que el mismo me hiciera llegar a Calgary en Canada;  me dice:

 “ Victor:  Para mi fue muy hermoso haber llegado a Los Angeles, donde consegui nuevos hermanos (Victor, Mechon, Capulo, Boris y tantos otros, y haber aprendido de ustedes y los hermanos campesinos y mapuche de Ralco, Quinquen, Collipulli, Lonquimay etc. Aquí sobre todo Hector Bejar, me anima a que escriba mi estadia política en Chile. Abrazos para ti y todos los hermanos que siguen en la lucha y también para aquellos que solo nos queda su alma de revolucionario, como fue el compañero Capulo Araya de Los Angeles.”

Por el año 2015 Gregorio comenzó a sentir un deterioro de su salud, dolores de espalda, dificultad para domir y falta de energía. No le dió mucha importancia a los síntomas y creyó que jubilándose volveria a recuperar su salud. Se integró al movimiento Social de Unidad Civica “La Cholita” que encabezaba la ciudadana  Rosa Vasquez. Alli Gregorio compartió todos los conocimientos que había adquirido en Chile dentro del movimiento revolucionario (MIR). Gregorio soñaba con crear en Huaral el partido político progresista “ La Cholita”, como una organización formadora de cuadros para gobernar y saber leer las necesidades reales del pueblo, generar  hechos políticos colectivos para obligar a la clase dominante a producir cambios en la sociedad peruana.

El año 2016, Gregorio estaba jubilado y los médicos descubren que estaba sufriendo de una insuficiencia renal. Comienza un tratamiento, pero su calidad de vida es cada vez más pobre. La falta de energía y los dolores comienzan a molestar severamente a Gregorio. Durante ese año 2016 comienza también a compartir su dolor con otros compañeros y amigos a través de la página web de Facebook donde informa de su estado de salud.

El año 2017 ingresa al Hospital Alberto Sabogal en Lima y un examen de ecografía revela que tenia un tumor en el riñon izquierdo. Se lo extirpan por ser un tumor canceroso y maligno. Entonces debe ir mensualmente al hospital para controlar la operación. Le dicen que debe seguir “haciendo su vida normalmente” pero el año siguiente 2018 en el mes de agosto el mismo descubre que su abdomen está lleno de durezas y le parecieron que eran tumores internos. Gregorio vuelve al hospital y allí descubren que el cáncer no había terminado con el riñón extirpado , sino que ahora su cuerpo estaba invadido de tumores cancerosos.

Gregorio al recibir esta noticia se llenó de indignación, rabia y pena. Lanzó duras palabras a los médicos responsables de su atención. Fustigó la irresponsabilidad de algunos médicos que no les importa la vida de algunos pacientes. Le hicieron nuevos exámenes para finalmente saber que no tenia ninguna posibilidad de sanar. Sin embargo, un medico le dijo que si trataba con una droga llamada Sunitinib o Supay tal vez podría ayudarle. Su compañera Viviana logró comprar esa droga, a un precio extremadamente alto. Gregorio logró recuperarse por un par de meses en el año 2018. Yo le hice llegar una nota de apoyo y solidaridad desde Canada, donde vivo, pero también le invité a que viajara a Chile y nos viéramos en la Araucania, en mi casa del sur de Chile durante el verano del 2019 o quizás en el verano del año 2020.

He aquí la  nota que Gregorio me hizo llegar:  - “ Victor.  Gracias por tus palabras de aliento. Y también gracias por invitarme a tu casa en Lebu. Habrá tiempo en que volvamos a recorrer los campos de Bio-Bio y las calles de Los Angeles. Qué hermoso tiempo, lleno de ideales y romanticismo político, que dieron forma a mi espíritu y contribuyeron a la edificación de mi personalidad. Tú y otros compañeros me dieron la mano, lo que correspondi con arduo trabajo y lealtad a las luchas de los pobres del campo y la ciudad “.

Abrazos

Gregorio.


Finalmente, el compañero de lucha por los derechos del pueblo mapuche y los derechos de los pobres del campo y la ciudad abandonó esta tierra el 31 de Julio del año 2019, en su querido Huaral.  No fue posible recorrer de nuevo los campos de la Araucania, pero su espíritu de lucha y de justicia social están presentes en cada región de la nación mapuche en el sur de Chile. Y ese será siempre nuestro homenaje al compañero Chicote.

Honor y gloria para Gregorio Salvador Rios. Solo la lucha nos hará libres y también la misma lucha nos dará lo que la ley nos niega. ¡ Venceremos !

Víctor Gavilán

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