La Bandera: jirones de la lucha popular en Chile -la lucha poblacional del MIR-
La Bandera: jirones de la lucha popular en Chile -la lucha poblacional del MIR-

La 26 DE ENERO: Nuestro primer embrión de Poder Popular
1967- 69 marca el
inicio del trabajo de masas del MIR. Frente a la vieja Municipalidad de
San Miguel flameaban Banderas. Casuchas bordeaban la Gran Avenida, entre
la Legua y la avenida Subercaseaux. Un Campamento se instalaba.
La situación dramática
de los arrendatarios, de los sin casas, una vez más se hacía patética.
Un Presidente Italiano visitaría Chile y esto no podía continuar pues se
veía fea la ciudad. Los sin casas vinieron desde todas las poblaciones
vecinas de la Legua, La Victoria, la Santa Adriana, la Clara Estrella,
la José María Caro y San Ramón. Entre ellos se encontraban los miristas
Víctor Toro Ramírez, la Herminia Concha y su camarada Adolfo Olivares, y
desde Poblaciones vecinas apoyaban María Concha, Villalón, la Lumi
Videla, el Chico Pérez, el Chico Zamora, CAIDO EN COMBATE del ELN en
Bolivia, La Magaly Honorato, el Viejo Valenzuela, Castañeda y Don Clota.

Así se inicia nuestra
labor muy silenciosa y de aprendizaje con el PC y el PS mangoneando la
conducción del Campamento. Aunque sin identificarnos, ya estábamos en
comisiones y guardias y hablábamos en Asambleas. Así es que se inician
los contactos con los obreros de Sumar, Yarur, Cotralako, Hirmas, con
los trabajadores de la construcción, etc., etc. Mientras ya se trabaja
con los sindicatos Municipales y Estudiantes secundarios y
universitarios. Desde el Barros Luco nos apoya la célula del MIR,
compuesta por varios hermanos y por el flaco Cañas y Gamboa y desde la
Caro, los hermanos Riquelme.
Antes de la llegada a
Chile de Aldo Moro, Presidente de Italia, se empieza el desmantelamiento
del Campamento del Parque Subercaseaux frente a la Municipalidad de San
Miguel y se nos disgrega entre la Santa Adriana, La Legua, Santa Elena y
diferentes poblaciones de la Cisterna. Surgen entonces nuestras
primeras propuestas escritas: la vivienda como derecho, solución
definitiva, crítica radical a la

La independencia de la
organización de los sin casas del viejo partidismo político, la
independencia del Estado y gobierno, la importancia de su autogestión y
las vías democráticas para generar nuestras autoridades y dirigentes
marcan desde los inicios las diferencias entre el trabajo de masas del
MIR y el viejo partidismo político electorero y manipulador. Proyectamos
las Manzanas Unidas;. Se trataba de una organización de cuadra por
cuadra que se abre paso por la Santa Adriana, la José María Caro y la
Población Dávila. Integra pobladores de Campamentos, Comités de Sin
Casas y a antiguas organizaciones deportivas y culturales. También
saltan a la palestra nuevos líderes y activistas, entre quienes se
destacan los hermanos Matta de la Santa Laura cerca de la Fach, el
Conrado, el Ho Chi Min, el evangélico chico Araya (Camaradas Manuel
Cerda y Hugo Medina). El Campamento que originalmente se estableció
frente a la Municipalidad Palestrista de San Miguel fue lanzado en unos
sitios abandonados y apegados a una Iglesia de la Población Santa
Adriana. Posteriormente es trasladado a una población en construcción
conocidas como la Operación Tiza (Sitio), en la Santa Elena en el Frente
o cercanías de la Fah, más bien entre la Bandera, la Pablo de Rokha y
la Fah. En el transcurrir de este tiempo ya habíamos elaborado un
programa mínimo para nuestras luchas por la vivienda y derechos
poblacionales, aumentado la membresía mirista y ampliado nuestra labor
social y popular en la zona, así es que en la población el Sauce
generamos un Comité de Sin Casas. Las reuniones nos consumían parte
importante de nuestro tiempo, nos planteamos entonces la idea de
trabajar de cargadores en la Vega Central para tener más tiempo y
libertad para aumentar nuestro activismo y dedicación.
Nacen las consignas:
¡La vivienda es un derecho universal!,
¡Vivienda o Mierda!, ¡Casa o muerte!,
¡Vivienda y salud!,
¡Educación y viviendas!,
¡Casas si, Callampas No!,
¡Por nuestros hijos vamos a la toma!,
¡Una casita para vivir, una casita junto al Mir!, etc., etc.
El 26 de Enero de
1969, después de una amplia labor vecinal, con los sin casas, los
jóvenes y la consolidación de las células del Mir por todo San Miguel,
nos lanzamos a la Toma en el Fundo La Bandera. Se trataba de unos
terrenos no habitados ni en planes de construcción. Ahora la idea era
superar con creces lo que habíamos experimentado y producir una
experiencia que llevara a una victoria de los Sin Casas de manera
contundente, de tal manera que cada mirista asumiría una infinidad de
misiones y responsabilidades que habíamos definido de antemano.
Jefe de Campamento,
Comisión de Toma, Comisión de medios y recursos, Grupo de autodefensa,
seguridad y guardias (Milicias Populares) Organización de la olla común,
Organización de Mujeres, Grupos de Salud, Trabajo de inteligencia y
acercamiento con soldados y carabineros, Comisión de relaciones,
Economato, Asamblea Popular, y Galpón (local de reuniones), Educación y
Formación política, cultural e historia. Trabajo con Sindicatos obreros,
Clubs deportivos y Estudiantes (Comisión de Crecimientos y Frentes
externos).
Con esta organización y
con la consigna de ¡Casa o Muerte! a las 3 de la madrugada del 26 de
Enero nos lanzamos a ocupar los terrenos. Inicialmente no pasamos de las
300 Familias pero que en pocas horas nos triplicamos, ampliamos la
toma, embanderamos la zona y los terrenos quedaron bajo nuestro control.
Se entregó un pedazo de tierra de algunos metros cuadrados por familia,
donde iniciaron la construcción de su mediagua o carpa. Paralelamente
poníamos en marcha la organización y las ideas del pueblo se
multiplicaban de cómo hacer y mejorar las cosas. Se organizan las
mujeres, los niños y jóvenes, nos organizamos en la periferia y
poblaciones vecinas. Se resisten tres grandes intentos de desalojos:
cuando el Gobierno de Frei lanzó una tras otra las acciones de desalojo,
el liderazgo se amplió y el apoyo solidario vino de todos lados, en
especial de las poblaciones vecinas como San Ramón, San Rafael y El
Sauce, desde los Liceos y los secundarios, los universitarios, los
periodistas, las iglesias y los Curas y los artistas.
El Campamento
improvisó unas calles y manzanas (cuadras) en el espacio tomado. Pusimos
en marcha el órgano superior de conducción y dirección, la Asamblea
Popular de todo el Campamento. La Asamblea nominó como el Jefe del
Campamento al camarada Víctor Toro, quien en poco tiempo lo traspasó al
compañero Conrado, el que actuaba bajo control y dirección de un ente
coordinador conformado por representantes de todas las instancias del
campamento antes mencionadas y tod@s rendían cuentas ante la Asamblea
Popular de todo el Campamento.
Mientras el fuego
humeaba de día y noche en torno a la Olla Común, la seguridad y las
Guardias, en niveles de autodefensa y Milicias Populares, resguardaban y
vigilaban el campamento y la zona comprendida entre Santa Rosa,
Circunvalación, Américo Vespucio, Santa Rosa, Gran Avenida y la Avenida
el Sauce, hasta la Pablo de Rokha. Mientras el Comité de Relaciones
golpeaba puertas de autoridades, partidos políticos, sindicatos y
organizaciones estudiantiles, el Comité economato recorría ferias y la
Vega Central para traer los alimentos y mantener la Olla Común. Al
interior del campamento ya funcionaba una Escuelita para Niños, un
Centro de Salud. También tratábamos de lograr maderas y fonolitas,
carpas y materiales de construcción. Un Comité de Justicia y la
Organización de Mujeres atendían el trajín diario, las inquietudes y
necesidades de todos en general. Nace al mismo tiempo el Comité de
Movilización y Protestas cuya misión era llevar una orden del día y
estudiar las diferentes instancias del Ministerio de la Vivienda, de la
Cámara Chilena de la Construcción, símbolos de los grandes capitalistas
de la vivienda, y hacer propuestas en la Asamblea Popular. También surge
AGP, agitación y propaganda, y nacen el Boletín “El Fonolita”, La 26,
la Toma, El Diario Mural, la orden del día y la Hoja del Jefe de
Campamento.

Una vez establecidos, y
derrotados los diversos intentos de desalojo, la retoma u otros
desalojos, en una de nuestras primeras plataformas recogimos la
inquietud y consignas de la comunidad.
Dijimos: Casa o
Muerte. Desde aquí no nos vamos. Solución en los sitios y proyectos de
la Bandera. No al traslado a ninguna Operación Sitio-Tiza. Por una
Vivienda Digna para todos los Sin Casas con todas nuestras familias.
Solución inmediata a nuestra situación de salud, educación y agua, y
mejoras por el tiempo que dure el Campamento.
Todas estas
reivindicaciones fueron logradas con la unidad, la acción y la
organización que generamos tanto a nivel del Campamento como en la
Periferia.
Mientras esto ocurría
al interior de la Bandera y en especial dentro del Campamento La 26 de
Enero, en el contorno y en todo Santiago, se realizan las movilizaciones
y protestas Frente a la Cámara Chilena de la Construcción, Frente al
Ministerio de Vivienda, la Gobernación y todos los símbolos de opresión y
represión. La promoción que se desarrolla sobre nuestra justa lucha y
la innovación en las formas de organización y convivencia poblacional,
nos llevan a realizar también una diversidad de actividades culturales,
de educación popular, festivales, teatro y acciones, luchas y
organización a nivel regional en el GALPÓN de la 26. Ahí se reunían Sin
Casas de todo Santiago, estudiantes, obreros y sindicatos que a su vez
eran pobladores de nuestra toma. Aquí nació la idea de un Primer
Congreso o Encuentro de los Sin Casa a Nivel de Santiago. El activismo
en torno a nuestra lucha se había mas que multiplicado, la
responsabilidad de los Miristas se engrandecía y la organización crecía
como callampas.
El gobierno de Frei
ante el fracaso en sus intentos de desalojo del campamento lanzó todo su
poder en contra de la población. Nos postergó de todas las soluciones
presupuestadas en los planes de vivienda del gobierno, lanzó la
represión en contra de los dirigentes que en buena medida tuvieron que
esconderse. Las campañas de desprestigio contra los pobladores aparecían
todo los días en El Mercurio y la prensa freísta y gubernamental,
tratándonos de “flojos, delincuentes, prostitutas y callampero”; y
después de extremistas, guerrilleros y bandoleros miristas.

Contra vientos y marea
la verdad y razón de los pobladores Sin Casas de la Bandera, conocidos
como ‘los de la 26 de Enero’, se impuso porque no claudicaron, se
enfrentaron al gobierno con la consigna de ‘Casa O Muerte’ y fueron
inteligentes, creativos y valientes. Así fue que al final del túnel
lograron ver la luz y alcanzar una de sus primeras reivindicaciones, una
vivienda para vivir, una casita junto al MIR, como decía y dice una
canción que ellos crearon y aun sobrevive por ahí.
La conquista 1.-
Quedarse en la Bandera y ser considerado en los programas de viviendas
que estaban presupuestadas para construir en esta grandiosa e histórica
población y así poder vivir con nuestras hij@s, familias y vecinos
definitivamente.
Así fue aunque nos
dispersaron en algunos sectores de la Población la Bandera, la mayoría
fue trasladad a vivir en el sector de Circunvalación-Américo Vespucio
frente a la Copa de Agua. Aquí llegamos con monos y petacas, se trataba
de unos sitios diseñados para la construcción definitiva de nuestras
viviendas por las cuales habíamos luchado de manera tan decidida. Toda
la estructura del ya viejo Campamento de la 26 de enero se adecuó a los
diseños de la población y recomenzó nuestro activismo. El Galpón es lo
primero que instalamos y pusimos en función con todas sus actividades y
atribuciones.
A estas alturas el
gobierno freísta se agotaba. En la 26 de Enero ya habíamos cocinado la
realización de una provisoria coordinadora de Sin Casas por todo
Santiago, así es que ahora ya los miristas estructurados en su GPM
[Grupo Político Militar] por diferentes zonas y comunas lanzamos en una
noche varias Ocupaciones. Destaca la Ranquil en un sitio estratégico
abandonado en las esquina de Santa Rosa y Circunvalación-Américo
Vespucio, detrás de una otra vieja Iglesia cuyos curas nos apoyaron y
cobijaron. Unos mil pobladores Sin Casas ocupan el lugar sin dar tiempo
ni a la represión ni al gobierno de reaccionar.

Con todos los
conocimientos y experiencia de la 26 de Enero, su estructura global
asumió inicialmente la conducción del Campamento Ranquil. Paralelamente
ocurrían tomas por la Florida, El Campamento la UNION, por Pudahuel, la
26 de Julio, por La Hermida se preparaban otras y la JPR (Junta
Provincial de pobladores revolucionarios) tomaba la conducción de la
lucha de los sin Casa por todo Santiago. Se empieza a escribir otra
parte de la historia del drama de los Sin Casas: ahora es regional,
nacional y universal.
Se realiza el Primer
Congreso de los Pobladores de Santiago, nace la (JPR), La Junta de
Pobladores Revolucionarios. Se elabora su primer manifiesto donde se
establecen todas sus reivindicaciones, surge el Primer Manual sobre la
Autodefensa y las Milicias Populares apoyados en su elaboración por
Luciano Cruz y Bautista Van Schouwen.
El Campamento Ranquil y conclusiones.
La cantidad numérica
de los Sin Casas, su organización a un nivel mucho más sofisticado y
efectivo, la multiplicación y amplitud de la movilización, su
disciplina, orden en las protestas y marchas ponen en jaque al gobierno
freísta y el Campamento Ranquil se instala sin mayores contratiempos. La
dimensión que toma la lucha deja con la boca abierta a los políticos
gubernamentales y reformistas contumaces. Se instala este campamento en
el centro del control poblacional y comunal del PC, donde Pascual
Barraza hacía y deshacía a un nivel burocrático desde la municipalidad.
Nos abrimos paso por San Ramón y desde ahí hasta San Joaquín y por todo
el Cordón Industrial de San Miguel. Por la Cisterna se rearticulan
varias células del MIR y organizaciones poblacionales.
La 26 de enero fue la
madre de las ideas y de la ejecución de todas las tomas de terreno de
los sin casa por todo Chile. Fue el tránsito del trabajo de masas,
popular y obrero del MIR, hacia el nacimiento del MPR, el FTR , el MCR, y
diferentes instancias como la organización de mujeres, jóvenes. La
política cultural, con los medios de prensa, la iglesia popular y curas
por el socialismo tienen su inicio en la 26 de enero y se consolidan en
la toma de la Ranquil, amononada posteriormente en el proyecto de la
Nueva la Habana.

Es en este campamento
donde se realiza el Congreso de la JPR y es aquí donde surgen las
primeras ideas que después asumirán el MPR y el FTR y que se resumen
ahora en estas tesis y recuerdos. Aquí se inicia la gesta de la Nueva
Habana, campamento que se conforma con todas las experiencias y
provenientes de casi todos los Campamentos del MIR en Santiago.
También ya aparece el
Campamento Lenin en Concepción y la yedra de los Sin Casas y del MIR se
expande por todo Chile. Y esta historia y lucha no viene solo de nuestra
experiencia directa. Tienen sus raíces, sus origines, y son de un
tejido inagotable de ideas, aportes y vicisitudes que necesitamos
rescatar e incorporar. Simbólicamente hay que destacar la permanente
movilización de los Sin Casas. Todo el pueblo y las familias en las
marchas encabezadas por los destacamentos de la autodefensa, las
diferentes organizaciones internas de los campamentos, por las milicias
Populares. Las tomas simbólicas del ministerio de la Vivienda, las
Universidades Católica y la Chile, la toma de las Torres del San Borja y
la retención de funcionarios burócratas del Estado y el Gobierno. Los
embriones del Poder Popular y la autogestión surgen en pleno combate por
sus derechos y el ejercicio de su poder, su reproducción y modalidad
organizativa, implementadas al calor de la lucha de clases a nivel
regional y nacional.
Con el avenimiento de
un periodo prerrevolucionario y que se profundiza, con el agotamiento de
la experiencia de la alianza para el progreso y la conquista del
gobierno por parte de la UP, nuestros frentes constituían el horizonte y
una experiencia que se avenía con los deseos de cambios y el despertar
de las grandes masas, en particular el despertar de la clase obrera, los
pobladores, los campesinos-mapuche, en definitiva los que Miguel
describió tan acertadamente como los pobres del campo y la ciudad.
Como sabemos pues la
vida de los trabajadores chilenos ha estado marcada por un constante
desplazamiento en busca de las nuevas vetas de trabajo que se abren
temporalmente en diferentes puntos del país. Ya se trate del salitre,
las fábricas, la exportación de la fruta o los bosques… lo que sumado a
las peculiaridades de nuestra “loca geografía” implica que ellos sufren
desarraigos, soledades, dificultades extremas en la vida de sus
familias, inestabilidad para los hijos… Por citar un sólo ejemplo
podemos ver lo que sucede con la población de Iquique entre los años
1885 y 1995. Los desplazamiento y cambios en las dinámicas del poder
económico social bajo la dictadura militar se implanto en 1973 y ahora
su renacer durante los tres gobiernos de la “desconcertacion” Laguista y
Freistas.
Esta lucha nadie la
puede detener, aparece y desaparece como las “Callampas”, los que
desaparecen definitivamente son los gobernantes y causante de la pobreza
y extrema pobreza.
*Nota de los autores: Esta
introducción forma parte del documento publicado por el BOLETIN MIGUEL
ENRÍQUEZ del mes de enero del 2005, dedicado a la lucha del Poder
Popular y el trabajo de masas del MIR de Chile.
Fuente: Extraída de nota de Facebook de
un perfil personal con fecha 26/01/2019. También pueden encontrar el
artículo
en https://redlatinasinfronteras.wordpress.com/2015/01/27/chile_memoria-rojinegra-historia-toma-de-la-bandera/
Publicado por: http://cctt.cl/2019/01/27/poblacion-la-bandera-parte-de-la-historia-de-la-lucha-popular/
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