La socialdemocracia en busca de su destino (final)

 

La socialdemocracia en busca de su destino (final)

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La propuesta económica de la socialdemocracia en el siglo XXI se ha visto jalonada por varios frentes, sin alcanzar en lo concreto a encarnar en un sistema que la pueda representar de manera estable. Tampoco ha estado siempre en sincronía el discurso formal de la propuesta con la realización concreta de lo pontificado, cada vez que se alcanza cierto grado de poder.

A raíz de las crisis provocadas por la aplicación del modelo NEOLIBERAL en el mundo, desde mediado de los años 70, surgieron trabajos críticos en diversas academias de EE.UU. de Norteamérica como del Reino Unido: Michal Kalecki, Roy Harrod, Joan Robinson, Nicholas Kaldor, P.Davidson, G.C.Harcourt, E.Hein, J.E.King, M.Lavoie, etc.

Se caracterizan por sostener que la economía capitalista puede ser altamente productiva pero  es un sistema INESTABLE y CONFLICTIVO. El crecimiento o funcionamiento de la economía se sostiene-como lo enseñó Keynes y Kalecki (1936 y 1933)- desde la demanda efectiva y no desde la oferta, como pretende la teoría neoliberal. También sostienen que la economía capitalista carece de los mecanismos automáticos de ajuste y que este equilibrio se debe buscar por acciones dirigidas a subsanar y corregir los desequilibrios intrínsecos al capitalismo (recesiones, inflaciones, deflaciones, depresiones, monopolización, desempleo, crisis financieras, desarrollo desigual y cambio tecnológico).

La intervención desde la política fiscal, es imprescindible para una economía capitalista monetaria, por lo que el modelo puramente neoclásico no ofrece respuestas adecuada al manejo de la economía actual, de esta manera la teoría keynesiana de la regulación fiscal para resolver el tema de las recesiones y de la inflación, permanece  con una vigencia total. Por otra parte, la política monetaria de los bancos centrales, dirigida solamente a controlar la inflación, debe ser cambiada y complementada por otra política dirigida a negociar salarios consensuados (para evitar los desequilibrios deflacionarios como los inflacionarios) y controlar las utilidades financieras, así como las especulaciones monetarias que llevan a bruscas recesiones o burbujas tremendamente deletéreas para una economía a largo plazo.

La economía capitalista moderna es esencialmente de mercados imperfectos, las conductas económicas privadas no son esencialmente y absolutamente racionales. Las más de las veces se ajustan a criterios institucionales o asociativos  más próximas a la “conducta grupal o masiva”, antes que individual, pues al ser imposible tener certezas en la inversión o conducta de emprender, se guían por lo que las estructuras más organizadas ejecutan, lo que ha llevado muchas veces a la actuación en manada y a seguir corrientes erradas de opción, derivando en crisis. De hecho, buena parte del consumo de las personas se asocia a estándares culturales, de ingreso o de estatus social.

Si bien el POSKEYNESIANISMO es una propuesta que privilegia metodológicamente la macroeconomía, en la microeconomía aborda también el problema de teorías de la empresa, del apalancamiento, teoría del consumo, del tipo de cambio, etc. Este modelo tiende a ser integral, ya que también aborda los temas de la macroeconomía a corto plazo (desempleo, producción e inflación) y la de largo plazo (crecimiento y distribución).

Los Postkeynesianos se diferencian también del viejo keynesianismo en varias dimensiones:

  • La función del gasto fiscal no debe ir dirigido sólo al incremento del gasto corriente, cuando se generan las crisis de subconsumo, sino que debe dirigirse a incrementar la inversión productiva, para asegurar un crecimiento sostenible a mediano y largo plazo, sin caer en las crisis inflacionarias que aquejó a la economía occidental durante los años 70 (sistema asiático).
  • La función del Estado debe ser esencial en la fijación de políticas de inversión a mediano y largo plazo, tanto en calidad de inductor de la inversión, en la promoción de la misma como en la ejecución directa, de ser necesario (también asiático)
  • La variable científica tecnológica, debe incorporarse a los temas sobre los que el Estado debe incidir fuertemente, para anticipar los cambios de dirección de las oportunidades en sociedades tremendamente líquidas (estrategia asiática en la globalización).
  • La regulación del sistema institucional para abordar los riesgos siempre presentes de los precios oligopólicos, las asociaciones indebidas o coludidas en la fijación de precios; en la confrontación institucional con intereses opuestos, pero tremendamente decisivos en la hora de forjar los equilibrios de precios –salarios, que fijan la demanda efectiva y los precios de mercado, en el mediano plazo. La competitividad innovadora debe preferirse a la obtención de ventajas por simplemente deprimir los salarios.
  • Debe esforzarse, el Estado, por asegurar la existencia de instituciones negociadoras equitativas en poder, de lo contrario se desequilibra la fuerza hacia una carga salarial excesiva o hacia la fijación unilateral de los precios por las empresas oligopólicas. Todo ello deja abierta la puerta a desequilibrios y conflictos permanentes, que afectan la inversión y el crecimiento global.

Dejando claro lo anterior, es decir que el poskeynesianismo no es partidario de la subsidiaridad del Estado, entendida de forma maximalista, como sí lo plantea el neoliberalismo y el neokeynesianismo, debemos señalar que tampoco es partidaria, esta escuela, del estatismo centralista. Más bien postula el equilibrio necesario entre una acción privada, esencial para el funcionamiento del mercado de bienes, pero con igual rol del Estado en la realización de la economía estratégica (economía mixta). La simbiosis de ambos pies de la economía moderna, se hace tremendamente más competitiva a largo plazo, que lo que cada una pueda hacer con prescindencia de la otra parte. Así lo demuestra la historia. La “economía mixta” significa la función específica de cada una en su área (estratégicas v/s no estratégicas) o la asociación de capitales públicos y privados en emprendimientos conjuntos de mayor dimensión o intermedias de capital).

La economía neoliberal y también la NEOKEYNESIANA (que los poskeynesianos la consideran, a esta última, una ligera variación dentro de la economía neoclásica), parten de una dinámica netamente financiera. Los bancos privados o el banco central fijan un precio del dinero acumulado, que impulsa a las empresas privadas a definir los costos de inversión y su rentabilidad futura. De esta forma las actividades de crecimiento dependen del sector financiero. Eso explica la “financiarización” de todo el modelo neoliberal y neokeynesiano, y su afán por crear grandes masas de recursos financieros para estimular la acción productiva por el mundo. Los fondos de pensiones, los capitales transnacionales que se transforman en grandes instituciones financieras, la acumulación y juegos financieros de las empresas de diverso tipo: educativas, de salud, de producción de commodities, etc. Con ello el volumen de recursos financieros se hace muchas veces superior al intercambio y crecimiento de los bienes reales (de 1v/s 80 veces).

Esta corresponde a la tercera adaptación del pensamiento socialdemócrata en la historia; a partir de los años 70, cuando aparece la postura de la academia neoliberal enfrentando la crisis del modelo keynesiano de fines de los 60 y los 70, caracterizado por alta inflación internacional, correspondiendo a la arremetida de los Chicago boys en Chile, Reagan en Norteamérica y Thatcher en Reino Unido. En las viejas economías de bienestar, Schroeder en Alemania y el canciller  Helmut Cohl, dan paso a desmontar parte de esa economía social y la cambian por otra que llaman “economía social de mercado”, que en un país como Alemania, Suecia y Holanda viene a representar la postura más izquierda que proyecta la escuela NEOKEYNESIANA (similar a la postura del sector más de izquierda de los Demócratas en Norteamérica).

 

Debemos recordar que la primera reforma del pensamiento socialdemócrata viene del último tercia del siglo XIX (la segunda internacional); la segunda proviene de la refundación de la Internacional Socialista en 1951 en Francfort.

Las nuevas tecnologías forman parte de las nuevas acciones que el poskeynesianismo agrega a lo que el keynesianismo original no  consideraba como variable determinante, al igual que los flujos de los mercados internacionales, con los juegos geopolíticos dinámicos en los mercados globalizados. Las tecnologías informáticas y de las telecomunicaciones han acelerado el crecimiento y preponderancia de los mercados financieros globalizados, lo que se ha constituido en el soporte del modelo “financiarista” neoliberal. La riqueza por los activos financieros de los neoliberales, contrasta con la riqueza por la producción de bienes y bienestar en la población general, que caracteriza el poskeynesianismo.

La lógica de la concentración neoliberal, será opuesta a la lógica de la distribución balanceada poskeynesiana.

Desde la perspectiva IDEOLÓGICA la (EPK) Escuela Pos Keynesiana, pretende comprender de manera holista y dinámica los procesos que condicionan al sistema capitalista. Esta metodología de interpretación es de hecho multifacética, es decir la puede usar desde un banquero capitalista (los hay quienes alientan el desarrollo productivo socialmente aceptable), hasta un político que pretende superar al capitalismo. Aunque, evidentemente, la mayoría de quienes se alinean en esta metodología no pretenden sustituir el modelo capitalista sino que buscan domesticarlo en su aspecto más reprochable (falencias sociales tanto como económicas), hasta colocarlo a mitad de camino entre el LIBERALISMO y el SOCIALISMO, pero con la dominancia de lo social.

En lo METODOLÓGICO: en la dimensión macro se permite usar los modelos formales, pero basados en regularidades empíricas y en comportamientos vinculados a parámetros estructurales. En los hechos, plantea que el comportamiento individual (base de la modelística neoclásica) raramente es netamente personal (individual) y separada de la institucionalidad y el contexto social que lo rodea. Los poskeynesianos son de tipo (MBA: Actividad Marginal Empresarial), es decir que incorporan una variedad de actores heterogéneos y situaciones de incertidumbre  que al interactuar lo hacen ser modelos dinámicos, integrados a una realidad mayor y retroalimentados con sus variables que lo incorporan a variables macroeconómicas: inversión, cambio tecnológico o expectativas de demanda futura.

En el nivel MESOECONÓMICO, emplea el análisis institucional y sectorial, conocido como el método “Storytelling” (contar historias), lo que permite dilucidar de manera didáctica la génesis, trayectoria y resultado de cualquier política institucionalizada.

Al ser la (EPK) una metodología de análisis que acoge un gran abanico de posturas (heterogeneidad de posiciones), coexisten quienes se ubican en posturas más de izquierda, que pretenden una acción más decisiva del Estado y otros que buscan una regulación eficiente con áreas de dominación privada (subsidiariedad segmentada).

Pero incluso dentro de esta heterogeneidad, podemos decir que todos suscriben la idea de una economía mixta, de una intervención activa del Estado y de un mercado regulado, con existencia institucional balanceada desde el sector empresarial y el laboral.

En cambio en la postura NEOKEYNESIANA, se instala la idea neoclásica de los equilibrios automáticos, mediante la libre acción de la iniciativa individual en el libre juego del mercado.

En esta teoría  neokeynesiana se acepta la intervención estatal sólo en el acontecer de crisis profundas que tienden a perdurar en el tiempo. Para ellos, los neokeynesianos,  los salarios se definen en la libre concurrencia en el mercado y no en las negociaciones institucionalizadas. También el individuo pasa a ser el agente principal de las decisiones racionales en la economía (homo económico). Permite cierto grado de protección social, siempre en el nivel mínimo y ojalá financiado por los mismos que se benefician (seguro cesantía, seguridad social, etc.)

La teoría de la “Tercera Vía” del laborismo británico, que se personifica en la gestión bien publicitada del primer ministro Tony Blair, quien se reconocía discípulo de Anthoni Guiddens (autor del libro “La Tercera Vías. La renovación de la socialdemocracia”; 1998), se acerca mucho a las posiciones del Neokeynesianismo. Es decir se instala en la órbita neoclásica. Recordemos que Blair fue quien eliminó el artículo 4° de los principios del laborismo inglés, donde el Laborismo  aún se manifiesta partidario de la empresa pública dominante en la economía británica. Esta teoría económica es la que podemos encontrar en gobiernos como el de los demócratas en EE.UU. (Clinton- Obama), también Canadá, Francia (Macrón), Italia. Estos países conocieron una postura más cercana al keynesianismo, durante la posguerra, pero desde las crisis capitalistas de los 70 han migrado progresivamente a las posiciones más de mercado.

Los países asiáticos de más reciente desarrollo, se ubicaron en posturas poskeynesianas y no se han movido de esa posición, pero con variaciones reconocibles entre los diferentes países.

Los gobiernos republicanos, desde Reagan en adelante, se posicionan claramente en posturas neoliberales, lo mismo que el período de la señora Thatcher en Inglaterra, pero ambos en el rincón que le permitía una institucionalidad sólidamente instalada de derechos laborales y sociales, que han tratado de desmontar con mucha fuerza y con bastante éxito al mediano plazo.

Los países escandinavos, en cambio, son quienes mejor representan las posturas poskeynesianas, hasta nuestros días. España y Portugal, hicieron el camino desde un socialismo democrático, con fuerte incidencia estatal,  en dirección hacia una experiencia neokeynesiana donde el mercado gana terreno de manera abrumadora. Alemania, podríamos decir que se ubica en el lado del club Poskeynesiano, pero en su margen más cercano al centro moderado, gracias a la participación del sector laboral en la dirección de las empresas y al fuerte peso de las empresas del Estado y su efecto interventor y distribuidor. Eso no quita que las políticas de mercado han venido ganando mayor espacio desde los años 80 del siglo XX.

Chile, es el país emblema del neoliberalismo aplicado con resguardo de ser prácticamente una  experiencia de laboratorio. Los gobiernos de la Concertación, que debían alinearse en una postura más próxima al poskeynesianismo, no lograron dar los pasos suficientes ni con la fuerza suficiente como para sacudirse la gruesa caparazón y armadura neoliberal que dejó la dictadura. En consecuencia, debemos ubicar a la experiencia democrática chilena en el podio de los modelos neoliberales más representativo, a nivel planetario, pues apenas llegó a coquetear con el neokeynesianismo.

Argentina ha intentado el mismo camino, pero ha fracasado debido a la fuerza sindical y cultura social de derechos que aminoró los ímpetus de Menem, Macri y –todavía no sabemos- si también los impulsos iconoclastas del presidente Milei, cuyo odio al Estado amenaza con una dirección posneoliberal, es decir una verdadera “anarquía libertaria”, que correspondería a otro modelo, en extremo extremado.

LA TERCERA VÍA.

¿Es la Tercera Vía sólo un slogan usado desde mediado de los 90 del siglo XX, para intentar una renovación del pensamiento socialdemócrata en el mundo occidental democrático, ya fuertemente amenazado por un agresivo liberalismo neoconservador y que intenta alcanzar, con éxito, una total hegemonía planetaria, teniendo además por el flanco izquierdo el desmoronamiento del llamado socialismo real?

La disolución del pensamiento iluminista de una razón universal y el afloramiento en Europa de la “filosofía posmoderna”, que desde los 70 viene cuestionando todo el pensamiento holístico y las doctrinas totalistas, llamadas “megarrelatos” (Lyotar-Boudrillar), parecieran hablar de una “nueva era” cultural a la que las doctrinas políticas deben adaptarse o morir.

Entonces los relatos políticos deben flexibilizarse o arrinconarse. Pareciera que la Tercera Vía elige la senda de la flexibilidad y se apunta a tomar de las izquierdas las sensibilidades formales que  son inclaudicables y del modelo emergente (neoconservador) los elementos que son pragmáticamente inatajables. Pero como sucede en estas mezclas en que hay un componente pasivo que interactúa con un agente activador, termina siendo este último el que domina la ecuación. En consecuencia, las experiencias históricas de puesta en práctica de esta “modernización”, termina siendo la de un borramiento de las viejas consignas izquierdistas y la emergencia abrumadora del nuevo relato privatizador. Ahí están los casos de Tony Blair en el Reino Unido, González en España, Lagos en Chile, Cardoso en Brasil, por nombrar sólo algunos, pues Clinton y Obama se inscriben más en el departamento de los liberales moderados (Neokeynesianos).

Historiadores critican que esta nueva propuesta ideológica de Giddens, señalando que entre una de las dificultades principales está en que “…resulta difícil basar una vía alternativa o distinta al capitalismo, sustentado en los mismos principios del modo de producción capitalista. Por lo tanto la Tercera Vía queda reducida a la rehabilitación del mercado sin intención de modificar los fundamentos del capitalismo”. (Alberto Ceballos: “La economía mexicana y la Tercera Vía”, 2010).

Según Luciano Tomassini, académico de la Universidad de Chile, en un trabajo titulado  “¿Qué es la Tercera Vía?”, sostiene que el concepto de una tercera vía fue un eslogan  utilizado a mediado de los años 90 para promover la renovación del pensamiento de la socialdemocracia o de la izquierda democrática en Europa, extendiéndose este esfuerzo hasta alcanzar al ala progresista del Partido Demócrata de los EE.UU. de Norteamérica. Sería como trazar una diagonal que mirase tanto las posturas de la izquierda como de la derecha de manera simultánea, tomando un poco del mercado de la segunda y de equidad social desde la primera. Guiddens –señala el autor- proclama que el mundo cultural ya dejó atrás las esencias platónicas del pensamiento absoluto y que las realidades de la economía andan en búsqueda de una definición nueva que refleje esta tendencia, pues hoy se mezclan posturas de capitalismo y socialismo en un mismo locus geográfico (ver-China e India, los Tigres asiáticos, los países escandinavos, etc.). Por cierto, el fenómeno de la GLOBALIZACIÓN, vino a cambiar la centralidad del poder político que se enquistaba en los Estado-nación y reemplazarlo por la interdependencia de muchos Estados agrupados en regionalismos o bilateralismo o multilateralismos, que difuminan las relaciones de poder y las concentran al mismo tiempo en instancias supranacionales. La Tercera Vía, pretende ser la adaptación intelectual de esa interconexión de los factores internos y externos de las relaciones internacionales. Por lo tanto el sentido de la Tercera Vía viene a ser más profundo que la simple renovación de las izquierdas. La fórmula triunfante de la postguerra fue finalmente el mercado por sobre el sistema centralista estatal que proponía la contraparte orienta, durante la Guerra Fría.

Diversas formas de capitalismo se asocian a la Economía de Bienestar, en la Europa Occidental y en América Latina, pero como esta fórmula sustentaba su éxito en la virtuosa expansión del New Deal, en una economía capitalista industrialmente expansiva de la posguerra, al agotarse esa expansión y aparecer el fantasma de la inflación (años 70 SXX), bajo crecimiento y crisis política de gobernabilidad, emerge como respuesta capitalista, en el último tercio del siglo XX, el NEOLIBERALISMO, que es el paradigma opuesto al Keynesianismo, que se constituyó en la teoría salvadora del capitalismo que sufrió la crisis enorme de viabilidad en la tercera década del mismo siglo XX. El NEOLIBERALISMO propone entonces reducir el Estado a su mínimo y entregar al mercado la tuición de la sociedad como un todo.

Así se fue haciendo e implementando con la presencia de Pinochet en América Latina, de Reagan en EE.UU. y de Thatcher en Reino Unido. Pasado 20 años de la experiencia neoliberal en el mundo, surgen los cuestionamientos de parte del pensamiento socialdemócrata y socialista; la caída de les socialismo real en el mundo deja a la socialdemocracia como el pensamiento que debe buscar una NUEVA SÍNTESIS, que viene a plantearse desde la Tercera Vía de Guiddens y de las escuelas neokeynesianas y poskeynesianas que hemos aludido.

En conclusión, esta cuarta adaptación del pensamiento socialdemócrata, desde los años 90 del siglo XX, entrega posturas como la TERCERA VÍA que es representada por la escuela NEOKEYNESIANA en los países que fueron parte del club del bienestar; mientras que la escuela POSKEYNESIANA, viene a postularse con mayor fuerza en la emergente experiencia de la neoindustrialización de los países asiáticos (China y los Tigres) y la fuerte resistencia que ofrecen los países escandinavos a violar el santo Grial de su originaria “sociedad de bienestar”.

Había prometido abordar la teoría de Kondratiev-Schumpeter de las ondas largas tecnológicas, como explicación de la nueva economía en la era del conocimiento, pero creo que es tan importante esta teoría para explicar la “NUEVA RIQUEZA DE LAS NACIONES”, que se hace pertinente tratarla en un artículo aparte.

 Extractado de: https://www.elclarin.cl/2024/08/08/la-socialdemocracia-en-busca-de-su-destino-final/?fbclid=IwY2xjawEkSmJleHRuA2FlbQIxMAABHQrzC4w-otN0X8YdjjPGlEUd6Gkx8Fkj8ltgLizX2u7b-r1Ud69u_6ZkpA_aem_oGNIpwOOkbs8BhVms76GBw#google_vignette

 

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