Nelson Gutiérrez: "El MIR nunca fue militarista”

Nelson Gutiérrez: "El MIR nunca fue militarista”

En medio del “Festival de la memoria” que nos trajo septiembre, y que curiosamente dejó de lado todo lo que oliera a proceso social en la UP, varios viejos rostros han aparecido convirtiendo en anécdota aventurera los vivido en esos años. En ese contexto, las palabras de Nelson Gutiérrez suenan disonantes. Nelson Gutiérrez es uno […]

Por Revista Surda / 06.10.2014 


En medio del “Festival de la memoria” que nos trajo septiembre, y que curiosamente dejó de lado todo lo que oliera a proceso social en la UP, varios viejos rostros han aparecido convirtiendo en anécdota aventurera los vivido en esos años. En ese contexto, las palabras de Nelson Gutiérrez suenan disonantes.

Nelson Gutiérrez es uno de los dirigentes históricos del MIR. Participó de la dirección del movimiento desde los años ’60, y se quedo clandestinamente en Chile tras el Golpe reorganizando el partido hasta que el 16 de octubre de 1975 la DINA detectó a la dirección clandestina del MIR en una parcela de Malloco.

Hoy, desde Concepción, conversa con la SurDA sobre la historia del MIR. En sus respuestas se aprecia un esfuerzo claro y, por cierto, saludable de reflexión con profundidad y honestidad sobre aspectos de la historia política nacional a menudo abordados con liviandad.

¿Cuál es tu valoración de la U.P.?

Objetivamente, la UP y su gobierno posibilitaron que los “rotos”, los asalariados, los pobres de la ciudad y el campo, avanzaran sobre los territorios de la “república burguesa”. Las distancias sociales entre las clases se acortaron por un breve periodo; el señor, el patrón, el usted, fueron reemplazados por el compañero.

Para cualquier observador objetivo, capaz de “descentrar” su mirada, al examinar la historia nacional debiera reconocer que la experiencia UP constituye la situación democrática más desarrollada de la vida nacional. El imaginario colectivo se inundó de futuro y los sueños de un orden social más humano, más justo, más eficiente en la satisfacción de las necesidades de todos, se multiplicaron haciendo carne en millones de chilenos.

¿Cuáles son las responsabilidades de los sectores políticos en el Golpe, particularmente las de la izquierda?

Hay que recordar que quien triunfa electoralmente en 1970 fue un movimiento nacional popular; su triunfo fue posible porque la unidad política de la burguesía chilena se había quebrado.

Cuando la clase dominante local perdió la dirección del gobierno y el control de los cargos electivos del aparato del Estado, no dudó en ningún momento en proseguir su lucha política por otros medios como la intervención extranjera, la guerra encubierta, las políticas de desestabilización a cargo de la CIA, la acción conspirativa de grupos locales para impedir que Allende accediera al gobierno, etc.
Así las cosas, resulta claro que las mayores responsabilidades en el Golpe la tienen los que toman la decisión de ejecutar la alianza política CODE (Partido Nacional + Democracia Cristiana) y el alto mando de las Fuerzas Armadas y de orden. Esto resultó aun más evidente cuando se sabía que Allende ofrecería el 11 de Septiembre de 1973 abdicar mediante el procedimiento de la convocatoria a un plebiscito que sabía perdería.

Las responsabilidades de la UP y sus partidos, de Allende y la izquierda revolucionaria en el golpe es harina de otro costal. La pregunta debería ser formulada en el terreno de las responsabilidades de esos sectores por no crear las condiciones que hubieran permitido evitar el golpe, el genocidio y la matanza.

En ese sentido las responsabilidades de la UP y el gobierno de Allende, que eran las fuerzas con mayor capacidad de determinar ese proceso histórico, resultan decisivas y podrían sintetizarse en que la UP no asumió a cabalidad la distancia entre tomar el poder y acceder al control de los cargos electivos del aparato del Estado; careció de una política de masas para el periodo, lo que llevó finalmente al desarme moral y político de éstas; programáticamente amenazó al imperialismo con la “nacionalización” y a la burguesía chilena con la expropiación, el fin del control patrimonial sobre empresas y fundos, y su “muerte como clase”; sobrevaloró el carácter de la democracia chilena, el peso y flexibilidad de sus instituciones, e idealizó el carácter profesional y constitucionalista de las FFAA y de orden.

Con todo ello alentó al imperialismo norteamericano, a la burguesía, a los empresarios y latifundistas a reaccionar en defensa de sus intereses.

Como contrapartida se hizo poco para crear las condiciones de estabilidad, sustentabilidad y continuidad del proceso en marcha, para dar gobernabilidad al país y al gobierno de Salvador Allende. La única forma de garantizar lo anterior era formar y acumular fuerza desde abajo, ampliar y fortalecer la alianza social, la alianza de clases del periodo.

Se ha reiterado bastante la idea del MIR como la organización de una elite discursiva y políticamente cercana al castrismo, pero con una práctica más bien simbólica que efectiva. ¿Es así?

Bueno, podría decirte que todo partido, todo movimiento político, es por definición una organización de elite, aunque sea un partido de masas.

Si algo caracterizó al MIR desde su fundación fue su ruptura con la discursividad, el diletantismo y la contemplación en política. Su método de lucha preferente fue la acción directa de masas.

En cuanto a su cercanía y apoyo a la revolución cubana, esa fue siempre parte de su práctica internacionalista como movimiento revolucionario, en particular frente a una revolución cercada, acosada, con la que siempre fue solidaria. Sin embargo, el MIR tomó distancia de las concepciones foquistas y de la línea ahí propuesta. No fuimos castristas, ni guevaristas, ni maoistas, ni hochiministas; fuimos simplemente miristas. El MIR fue un movimiento revolucionario cuyo carácter político hunde sus raíces en el pensamiento revolucionario chileno, latinoamericano y mundial. Socialmente estuvo integrado por estudiantes, profesionales, empleados, obreros, campesinos, indígenas pobladores.

Andrés Pascal Allende recuerda que no practicaron acciones armadas durante la UP, que no se planteaban la toma violenta del poder y que el golpe los pilló de sorpresa. ¿Compartes sus planteamientos?

En realidad no sé si Andrés Pascal dijo o no dijo eso. Hace tiempo dejé de leer lo que publican los diarios o edita la televisión sobre entrevistas y declaraciones a su persona. Sólo te puedo comentar lo que pensó e hizo la dirección política del MIR de la época.

El MIR hacia fines de 1969 comienza a cambiar sus criterios respecto a la caracterización de la situación política chilena. Hasta ese momento, el pensamiento dominante en la dirección del MIR sostenía que el país se encaminaba inevitablemente hacia una confrontación armada.

No obstante, fue ganando paso otra lectura de la situación política, que observaba el proceso político chileno desde una óptica diferente: periodo ascendente de la lucha de clases, crisis de la unidad política de la burguesía, un movimiento nacional popular en expansión, estrategia objetiva de las masas en acción hacia la participación electoral, posibilidad real de vencer electoralmente a una burguesía dividida en una confrontación electoral y presidencia. A raíz de esta evaluación, el MIR efectivamente decide a comienzos del ’70 “suspender las acciones armadas”, para permitir el desarrollo sin interferencias de la lucha electoral y presidencial. Las acciones que antes de esa fecha realizó el MIR fueron más bien de pertrecharniento material y propaganda armada.

Andrés Pascal ha aparecido en distintas entrevistas a la TV y a la prensa trasladando una imagen muy pobre y distorsionada del MIR y su política; supongo que esto se debe al reduccionismo y a la manipulación que hacen los medios y también a su propio pensamiento.

La imagen puede contener: 3 personas, personas de pie y calzado
Nelson Gutierrez y el rector de la U de Concepción, Edgardo Enríquez (padre de Miguel).en una marcha por la lucha por la reforma universitaria.

¿El MIR era partidario de una capacidad militar propia para enfrentar el golpismo o creía posible la división de las fuerzas armadas?

Sólo una fuerza política preñada de concepciones militaristas, que reduce los procesos político históricos e histórico sociales al mero gesto armado, podría haberse planteado que bastaba construir una “capacidad militar propia para enfrentar al golpismo”. El MIR no era eso, ni pensaba así.
La cuestión cardinal es que la UP y el gobierno de Allende no se plantearon en ese periodo resolver los problemas militares de la lucha democrática. Insisto, de la lucha democrática, no de la revolución socialista.

La política militar del MIR durante la UP apostó a resolver esos problemas, esto es anular y desarmar políticamente al golpismo y militarismo de las fuerzas armadas y la derecha; formar la fuerza social del periodo capaz de sostener las transformaciones estructurales y el proceso de ampliación democrática en curso, contener y desarticular la insurrección patronal.


¿El “rebelde de la burguesía”?

¿Qué aciertos y errores crees que cometió el MIR hasta la muerte de Miguel Enríquez?

La respuesta sólo podría entregarla una buena historia del MIR o un ensayo sobre la materia. Digamos, sin embargo, que el mayor error fue prolongar por un tiempo excesivo la presencia de Miguel en un territorio ocupado policial y militarmente. Habíamos acordado con Miguel, una semana antes de su muerte, que saldría clandestinamente del país en breve tiempo. En los preparativos de su salida por un paso cordillerano nos sorprendió su muerte. Este error se extiende a muchos otros cuadros que permanecieron demasiado tiempo en Chile sin las condiciones necesarias de seguridad.
Un error recurrente en la dirección histórica del MIR fue el retraso en asumir las caracterizaciones correctas de los periodos históricos y las coyunturas y, por consecuencia, la demora en la selección de las tácticas, métodos y formas de lucha, y las tareas políticas correspondientes para armar al partido y a las masas de políticas.

Como aciertos destacaría su contribución a la renovación y actualización del marxismo y a la teoría revolucionaria en Chile. Su esfuerzo por acceder a un marxismo que siempre regresaba a las fuentes, e indudablemente su capacidad para descubrir, para ver la emergencia de fracciones y sujetos sociales hasta entonces inobservados.

¿Era Miguel Enríquez, como se ha dicho, un “rebelde de la burguesía”, un guerrillero “castrista”?

Supongo que la primera parte de tu pregunta hace referencia a una memoria de titulo publicada en un libro elaborado por unos estudiantes. Debo confesar que no pude terminar la lectura del mismo, porque me pareció un trabajo carente de un mínimo de rigor intelectual, que utilizaba una metodología de investigación extremadamente pobre y que en verdad se reduce a una mera articulación de anécdotas. Miguel, por su pensamiento y práctica, no encaja como el “Rebelde de la Burguesía”. Que yo sepa, su objetivo no era la revolución burguesa o la revolución capitalista, sino todo lo contrario. ¿Guerrillero castrista? Nunca lo vi vestido con botas, traje verde olivo y boina de comandante. Tampoco era castrista su cabeza, aunque fue gran amigo de Fidel, tal vez el chileno más valorado y estimado por éste.

Miguel fue un dirigente político en el que despuntaba un jefe de revolución, como dijeron algunos, pero antes que nada fu cuadro con autonomía, pensamiento político propio, iniciativa y creatividad. Un hombre afectivo y leal hasta su muerte.

La historia nacional, más temprano que tarde, terminará reconociendo a Miguel Enríquez uno de los líderes más lúcidos y consecuentes. de una generación que aportó con su pensamiento y acción a la profundización y extensión de la lucha democrática, a la ampliación de los procesos de igualación social y democratización sustancial de la vida nacional y el sistema político institucional; al crecimiento del imaginario colectivo sustentado en la solidaridad, la cooperación, la libertad, la igualdad social, la inclusión y el bienestar material del “nosotros”, del “todos”.

La división del MIR

¿Cómo evalúas el desempeño del MIR durante la dictadura?

El MIR ingresó al periodo de la dictadura militar con sus efectivos casi intactos, en términos de membresía, cuadros y dirección, pero comenzó a sufrir de inmediato el desgaste implacable de una fuerza policial y militar de ocupación, que buscaba su aniquilamiento y disgregación.

Corno contrapartida, al término de la dictadura militar el MIR emerge con sus efectivos enormemente disminuidos, dividido en dos agrupamientos, y cada uno de estos cruzado por contradicciones, diferencias y luchas intestinas. La presencia del MIR no fue en ningún momento gravitante ni menos determinante en la fuerza social y de dirección política del NO. El MIR y su política no logran que las masas se hagan presentes masivamente en la lucha política, mantengan una presencia en el tiempo, o se conviertan en factor determinante. La lucha política se eleva a las alturas y se encierra en la cima de la clase política.

¿Porqué se divide el MIR?

Digamos que hacia 1980 comenzaron a surgir crecientes desacuerdos en la base y dirección del MIR respecto de la lectura de la realidad del Chile que estaba emergiendo. Ópticas distintas para caracterizar la nueva etapa por la que transitaba el capitalismo y la sociedad chilena. Estas diferencias se iban acrecentando con la crisis económica, que se desdobló en la crisis social y política que se inicia el año ’81 y que fue acompañada por un poderoso movimiento de protesta social.

Hubo quienes, en la dirección del MIR, planteaban que estábamos frente a una situación pre revolucionaria y aún revolucionaria, lo que permitía acelerar el proceso de acumulación de fuerzas sociales y militares y traspasar la meta del periodo. Hubo otros que dijimos que quienes afirmaban lo anterior estaban “viendo” una realidad inexistente.

Confundieron un movimiento de protesta social, aunque amplio, todavía limitado en su composición de clase y en su peso numérico, con un movimiento cuasi insurreccional en ascenso.

Las diferencias continuaron acrecentándose en tos años posteriores. Una parte del partido, vinculada a lo que se dio llamar el MIR Pascal, se había instalado en territorios sociales muy particulares, bolsones poblacionales de juventud radicalizada. Desde ese encierro generalizaron su experiencia, su estado de ánimo como expresión del conjunto de la sociedad y los demás sectores y fracciones sociales, y a partir de ello levantan políticas para conducir procesos y sectores sociales inexistentes.
Y así este proceso suma y sigue hasta que explota, pues hay percepciones de la realidad, caracterización de situaciones, políticas, tácticas y hombres que no pueden seguir conviviendo en el mismo espacio político.

¿Cómo ves a Chile hoy? ¿Cómo piensas evolucionará la situación política en los próximos años?
Vivimos un periodo histórico en que el poder pasó de los sectores más reaccionarios, retardatarios y absolutistas (la dictadura), a los más progresivos (la Concertación), pero el poder no siguió trasladándose hacia el polo más progresivo. Se estancó en el centro, y hoy está pendiente la amenaza de que el poder otra vez pase al polo más regresivo y absolutista. Pero eso todavía es sólo una amenazante posibilidad.

Pienso que el sistema institucional político chileno, levantado sobre las bases y el andamiaje de la constitución del ’80, es muy precario. Creo que la clase política no ve que la desposesión de derechos políticos y la exclusión política, la creciente oligarquización de la política crean una base social y política que tenderá a expresar de forma creciente el malestar, la disconformidad y la protesta. En un escenario así, las masas volverán a ser convocadas a la participación política en la confrontación electoral, y éstas nuevamente se tornarán determinantes en el resultado de esa confrontación. Participar en esas luchas, hacerse presente con una política, tratar de incidir en su dirección y resultados resulta un desafío sustantivo para quienes quieren hacer política real. El desafío que enfrentaremos en los próximos años es colosal y nos compromete a todos.


Malloco

¿Que significó el cerco y enfrentamiento de Malloco?

Malloco significó el triunfo de la vida sobre la muerte, un grito de libertad nunca acallado, la solidaridad, la cooperación y el afecto rodeando a los perseguidos.

Romper el cerco en Padre Hurtado aquel 15 de octubre (de 1975) permitió que tres generaciones caminen hoy erguidas, nunca vencidas en su afán emancipatorio, por las calles del mundo: padres, hijos, nietos.

Malloco como todo momento límite en la vida de los hombres y mujeres, puso a prueba a los habitantes, compañeros y combatientes de aquella casa, lugar de trabajo y refugio.
Dagoberto Pérez murió en combate, en forma heroica, cumpliendo el plan de defensa, protección y resguardo de la dirección.

Los campesinos desconocidos que recogieron, ocultaron y protegieron a nuestra hija Paula eran parte de la mitad de Chile que vivió y apoyó la experiencia del 70 al 73, que se opusieron a la dictadura, que apoyaron a los luchadores por la libertad y que por sobretodo conservaron intacta la humanidad en sus corazones, en sus mentes y en sus actos.

Dagoberto, nuestro hijo menor que se aferró al útero de su madre en aquellos días aciagos, expresó desde entonces su inconmensurable deseo de vivir.

Aquel 15 de octubre, roto el primer cerco y cuando nos retirábamos en dirección a la Cuesta Barriga y el Mapocho, María Elena y yo nos damos cuenta que Andrés Pascal y Mary Ann se habían quedado atrás (escondidos en un terreno sembrado de alfalfa. Volvimos, caminamos hasta encontrarlos. Andrés afectado por dolencias al tobillo a causa del pie plano, nos dijo que siguiéramos nosotros que él se quedaba para proteger nuestra retirada. Le reclamamos que era una decisión absurda, que a él te correspondía continuar asumiendo sus tareas en la dirección del MIR y que nosotros lo transportaríamos y lo sacaríamos del cerco. Así lo hicimos, y así salvamos su vida.

Publicado en: https://www.eldesconcierto.cl/2014/10/06/nelson-gutierrez-el-mir-nunca-fue-militarista/

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